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    Salvador Muñoz

    Los Políticos

     

     

    La pregunta fue a bocajarro: “¿Quién es usted?” mientras caminaba con mi perrhija Nina rumbo a casa, atravesando ese estacionamiento. Mi respuesta, armada con mucha paciencia, fue un “¡Buenos días!” en espera de una contestación igual pero no… de nuevo volvió a preguntarme: “¿Quién es usted?”, a lo que tuve que decirle: “Es la tercera vez que me hace esa pregunta… ya le he dicho que soy su vecino, vivo en el edificio fulano con número perengano”. Sí, en otras mañanas me la había topado en ese estacionamiento de la unidad donde vivo y he pasado por ese interrogatorio por tres ocasiones… le digo a la Mujer que esa señora me da miedo… me pide que no le haga caso.

    La mañana de este viernes, cuando los rayos del sol ni siquiera se asoman, me encontré con un vecino con cara de pocos amigos… no conmigo, afortunadamente. Salió a toda prisa de su casa porque su hija le aseguró que había un hombre en la ventana que la estaba espiando.

    Hace como dos semanas, cuando bajaba por las escaleras al estacionamiento, alcancé a ver a un tipo que con la lámpara del celular en mano, atisbaba por la ventana de una vecina… un silbido fue suficiente para que emprendiera pies en polvorosa… apenas el miércoles creo que lo volví a ver… digo creo, porque traía indumentaria parecida: chamarra roja, gorra y mochila. En cuanto me vio, atravesó los prados, alcanzó la avenida y la cruzó…

    De cierto modo entiendo a la vecina que me interroga cada vez que me la encuentro en ese estacionamiento cuando paseo con la perrhija Nina o el felinhijo Nicko, pero no dejo de comentarle a la Mujer que esa señora me da miedo…  “capaz que un día hace que me linchen porque me vio sospechoso”…

    II

    Estaba en el grupo de whasapp de Seguridad Pública de vecinos de Jardines de Xalapa… “Estaba” porque el pasado 20 de agosto, un miembro subió la siguiente nota: “La mañana del 12 de julio tras un operativo de la marina en el estado de Veracruz dieron con una bodega que se ocupaba como laboratorio clandestino, encontrando cuerpos de niños congelados, reportan federales y marina que al llegar rodearon toda la cuadra para después introducirse a la zona reportada, dentro de las instalaciones detuvieron a cuatro sujetos”.

    Mi respuesta a este “Fake” fue: “La ‘información’ que ponen acá la subieron en una página web que se dedica a pescar incautos: read.fun, y busca generar además de psicosis, dinero; mientras más la compartan, gana con publicidad. Este tipo de páginas se nutre alimentando morbo con ‘notas’ falsas. Ojalá que antes de dar por hecho todo lo que les manden por redes, verifiquen. Esto no ayuda en nada”.

    Mejor me salí del grupo…

    A los pocos días, me preguntaba un conocido si sabía algo de los robachicos que les quitaban los órganos a los niños… ¡Plop!

    III

    Parece broma pero es anécdota y hasta ya la he contado: Hace muchos años, en El Diario del Sur en Acayucan, tenía encargada la sección policiaca para “formarla”. En cierta ocasión, por más que estiraba notas y fotos, nomás no podía cubrir un espacio como de un octavo de plana… ningún anuncio extra, ninguna caricatura, ningún “nada”… hice algo que pudiera ser una especie de abuelo del Fake-News: escribí una “nota” donde vecinos de equis colonia reportaban a un tipo que en las calles enseñaba sus genitales a las mujeres que tenían la mala suerte de cruzarse en su camino. ¡Listo! ¡Cerré la plana!

    Lo Increíble sucedió al día siguiente: uno de los fotógrafos llegó contento ¡porque me traía la imagen del “depravado”! ¡Era un indigente, con la ropa en trizas, por donde bien podían asomarse sus partes nobles! Fue la primera vez que tuve miedo de lo que podía provocar una irresponsabilidad en el manejo de los medios.

    IV

    Platicamos la Mujer y yo del linchamiento de Puebla… le recuerdo la película de “Canoa” y el caso de Tatahuicapan. El único vínculo que hay entre la película, la tragedia en Veracruz allá por 1996 y el suceso reciente, es el linchamiento, la barbarie, y una serie de pasiones encontradas en sus participantes como es el miedo, la ira y sed de justicia así como una gran dosis de estupidez, propia de la masa, porque el reactivo en estos tres sucesos es totalmente diferente: En el poblado de San Miguel Canoa prevaleció la ignorancia a lo desconocido incitada por un sacerdote; en el caso de Tatahuicapan, un clamor de justicia por propia mano contra un violador y asesino; en San Vicente Boquerón, una mentira mató a dos hombres… una mentira que se propagó en las redes y que tuvo funestas consecuencias.

    Lo terrible y de eso estoy seguro, es que en ese búnker donde nació la idea de subir en una página web esa “noticia”, han de estar celebrando su triunfo, porque a pesar de estar en un mundo lleno de tecnología, todavía hay idiotas que se tragan sus cuentos al grado de poder alcanzar una psicosis colectiva.

    Ahora, lo crea o no, tiene días que salgo a pasear con Nina y Nicko con temor de que salga una señora histérica, confundida con la “noticia” de que hay un idiota que se asoma a las ventanas a espiar a las mujeres, y sea capaz de que mínimo, provoque que me propinen una madriza, sin temerla ni deberla… se los juro… ¡esa señora me da más miedo que un fake news!

    smcainito@gmail.com

     

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