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    Edgar Landa Hernández

    Fin de siglo

    Mientras conducía, en una esquina, un jovenzuelo se convulsionaba repetidamente y en una de sus manos: un trapo que se llevaba a su rostro insistentemente. Por unos instantes permaneció con su vista ida, hacia no sé dónde. Su vestimenta demasiado ligera para una tarde lluviosa, clásicas de nuestro Xalapa. Minutos después se volvía a acomodar en un frío escalón que le sirve de descanso. Con su mirada se dirigió hacia donde estábamos y con una dificultad en su habla nos solicitó una ayuda dizque para un pan.

    Al no ver respuesta volvió a llevarse su trapo a su rostro y volvió a inhalar repetidas veces, perdiéndose aún más en la incomprensión de una vida que dejó  de vivir hace mucho, pero mucho tiempo.

    Razones debe de haber para que ese joven se pierda en las garras del vicio. Solo somos testigos de dolor y atrocidades en nuestros jóvenes que no ha visto una guía de parte de nosotros los adultos y no volteamos hacia abajo, hacia los que necesitan ayuda y lamentablemente se pierden en el laberinto de las drogas.

    Es tiempo de reconsiderar y hacer algo al respecto. A todos nos concierne, atrás hay que dejar de darle vuelta a los problemas que representan y recomenzar nuevamente.

    Hemos desistido a pensar por nosotros mismos y permanecemos como corderos siguiendo al más fuerte.

    Es hora de encontrar nuestro propósito existencial ¿a qué  venimos realmente a la tierra? ¿Cuál es la misión que tengo encomendada y en base a ese poder reunir las pistas y aterrizarlas con un fin benévolo?

    Todos y cada uno somos diferentes, estamos entrelazados en una ecuación existencial que cuando así lo comprendes creas un inimaginable de obras en pro de los demás quedando en tu ser la bendición del dar y con un grato sabor de boca.

    Es hora de crear un mundo más amigable, empieza con los tuyos, deja atrás los rencores y vístete de cordura y sensatez. ¡Claro que se puede hacer algo!

    Solo necesitamos agruparnos, vernos como seres semejantes y comprendiendo que en esta vida ¡todos necesitamos de todos! creando eslabones interminables que se fortalecen día a día.

    ¡Hoy se el cambio que tú mismo necesitas!

     

     

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