Roberto Morales Ayala
Zona Franca
¿Sabrá el alcalde de Coatzacoalcos, Marcos Theurel Cotero, que es el principal aliado de las bandas de la delincuencia organizada, cuando su gobierno tolera y promueve el consumo del alcohol en la vía pública, so pretexto, de ser una “ciudad turística”?
Es lógico imaginar la molestia de la Marina y el Ejército que encabezan el combate contra la delincuencia en Veracruz, porque mientras ellos se juegan la vida capturando y desmantelando a bandas delictivas, la autoridad local estimula el libre consumo del alcohol y las drogas en la vía pública.
Las autoridades municipales incurren en un tramoyal para solapar la violación a las leyes. Leamos lo siguiente y estará de acuerdo.
En un comunicado oficial, publicado en los medios locales, el H. (H que es de mero adorno) Ayuntamiento informa —reescribimos el texto tal cual, pero aclaramos que las negritas, son para remarcar el texto oficial y los comentarios entre paréntesis son nuestros—:
“Que como Medida Preventiva de Seguridad para las personas que gustan de disfrutar del Malecón Costero, y con fundamento en lo dispuesto por los Artículos 13 y 14 del Reglamento de Comercio, Industria y Prestaciones de Servicios para el Municipio de Coatzacoalcos, Veracruz, se lleva a cabo a partir del jueves 25 de octubre, un operativo permanente, en el que:
“—Se exhortará a las personas que gustan de convivir en el malecón costero, para que a partir de las 02:00 de la madrugada, se retiren a sus domicilios”.
(¿Qué tiene que ver la aplicación de un reglamento de comercio, con el libre tránsito de las personas? ¿Equivale a un toque de queda de facto?).
“—Se hace del conocimiento de los propietarios de Licorerías, Tiendas de Autoservicios, Ultramarinos, Misceláneas, Tiendas de Abarrotes, Depósitos o establecimientos autorizados para la venta de cerveza y bebidas alcohólicas en envases cerrados; que deberán dejar de vender este tipo de productos a partir de las 00:00horas.
(¿Es decir, “compren todo lo que puedan de chelas y alcohol antes de las doce de la noche, para que les alcance hasta las dos de la madrugada”?).
“—Se les informa a los propietarios de Bares, Cantinas, Videobares, Discotecas, Restaurantes-bar y Bebidas preparadas para llevar que deberán dejar de vender bebidas alcohólicas a partir de las 02:00 horas y cerrar sus establecimientos sin clientes dentro del mismo como límite hasta las 3:00 de la madrugada.
“Este operativo se aplicará en todo el Municipio de Coatzacoalcos, Veracruz.
“¡Necesitamos tu cooperación, consolidemos a nuestra ciudad como un sitio turístico y seguro!”.
(El cierre del comunicado es una perla, un “chupa seguro” que así “consolidamos” la imagen de una ciudad “turística” donde el desmadre en las calles es oficial pero con horario… quieren proyectar a la ciudad turística del “Chupe Seguro”)
Hasta ahí el comunicado que las autoridades difundieron para conocimiento de los porteños que gustan de “convivir” y “disfrutar” de su malecón.
Las leyes prohíben el consumo de alcohol en la vía pública. Las leyes no restringen la libertad de los ciudadanos de transitar libremente a cualquier hora por ningún sitio público. Es más, es un derecho constitucional, ahora conculcado por un avasallador del estado de derecho. Torpe, burdo, la principal autoridad de Coatzacoalcos, el señor Theurel, permite el libre consumo del alcohol, pero para disfrazar la violación de las leyes, termina violándolas más, agrediendo derechos ciudadanos.
Tan previsible como la molestia del Ejército y la Marina, lo son las poderosas razones que al gobierno de Coatzacoalcos le impiden cumplir con la ley y procurar que el municipio sea en verdad un lugar seguro.
A Theurel Cotero le está costando bastante trabajo dejar de recibir las fabulosas ganancias que estarían entrando a sus bolsillos, a través de los principales distribuidores de alcohol y cervezas, para permitir que lugares como el malecón de Coatzacoalcos, que debieran ser para la sana convivencia de las familias se conviertan en verdaderos lupanares públicos, donde el consumo del alcohol y drogas corren como ríos.
El coordinador del Programa de Capacitación e Investigación en Prevención y Tratamiento de Adicciones de la Universidad Veracruzana, Rafael Velasco Fernández, afirma que se ha demostrado en los últimos 15 años que en los países en donde la percepción del riesgo de salud es más baja, se consume más, y donde la percepción es alta, se consume menos.
En ese contexto, en Coatzacoalcos el gobierno municipal se esfuerza en minimizar la gravedad que el alcoholismo representan para la salud y la seguridad.
La encuesta “Percíbete” reveló que hoy día la mujer bebe tanto como el hombre. Anteriormente la proporción era de 5 varones bebedores contra una mujer; hoy es 5 a 5. La investigación se realizó en once cuerpos académicos de la UV, pero las cifras van a acorde con lo que marcan las estadísticas a nivel nacional. Esas conductas ha llevado a un incremento en el consumo de alcohol.
El otro punto es el incremento en el consumo de drogas. Ahí Veracruz ni es de los más ni es de los menos. Navega a media tabla en el contexto nacional, lo que tampoco es motivo de orgullo para nadie.
La adicción obedece, según esta clase de estudios, al nivel de percepción de riesgo que tiene el individuo. Si perciben que el riesgo de que una droga provoque un daño al organismo es mínimo, es más consumida; cuando se advierte que puede causar un daño mayor, disminuye el consumo. El estudio revela que la gente que estudia consume menos drogas ilegales que aquellas que no acuden a educarse.
Al paso de los años, el malecón de Coatzacoalcos se ha constituido en una verdadera zona de tolerancia, zona libre de alcohol y de drogas, donde prolifera la prostitución, donde las pandillas hacen de las suyas, donde los automovilistas alcoholizados juegan arrancones y provocan accidentes, casi siempre mortales.
Dejó de ser un paseo familiar y se convirtió en un gran foro de placer, donde se mezcla la bebida, la droga y el sexo.
Nada de esto ocurriría si la autoridad se pusiera las pilas. Marcos Theurel no respeta la ley y pretende remendarla con parches legaloides. Sabe que embriagarse en la vía pública es un delito, y lo tolera; mejor dicho, lo fomenta.
Haber expedido una serie de lineamientos para el comercio, que toca a los negocios cuyo vértice es la venta de alcohol o a aquellos que indirectamente viven de vender alcohol, es un contrasentido. Les puede limitar sus horarios, pero eso no va a inhibir el consumo de licor o cerveza.
El problema está en el consumo en la vía pública. Theurel está obligado legal y constitucionalmente a impedir que se beba fuera de los establecimientos autorizados, pero ahí incurre en otro desfase a su autoridad. Tampoco puede impedir que el ciudadano circule libremente en las calles, a la hora que sea y bajo su propio riesgo, porque ese también es un derecho constitucional.
¿Qué sanción se merece, por ejemplo, un grupo de jóvenes que se divierten sin alcohol, en el malecón, más allá de las 2 de la mañana? Legalmente ninguna.
¿Y qué sanción se merece otro grupo de jóvenes, con alcohol, a las 10 de la noche, dentro del horario permitido por el alcalde Theurel, en el malecón? Legalmente todas, porque beber en la vía pública es delito.
La percepción del alcalde Marcos Theurel es errónea. Estimula y fomenta el consumo de alcohol y lo peor es que lo regula, dando con ello una connotación de zona de tolerancia al malecón de Coatzacoalcos, incluida la droga y la prostitución, mientras el Ejército y la Marina se parten el alma enfrentando al crimen organizado.
¿O a qué obedece que Marcos Theurel prefiera auspiciar, con sus acciones aberrantes, el fenómeno de los vicios? Contéstemela, porfa.
Es lógico imaginar la molestia de la Marina y el Ejército que encabezan el combate contra la delincuencia en Veracruz, porque mientras ellos se juegan la vida capturando y desmantelando a bandas delictivas, la autoridad local estimula el libre consumo del alcohol y las drogas en la vía pública.
Las autoridades municipales incurren en un tramoyal para solapar la violación a las leyes. Leamos lo siguiente y estará de acuerdo.
En un comunicado oficial, publicado en los medios locales, el H. (H que es de mero adorno) Ayuntamiento informa —reescribimos el texto tal cual, pero aclaramos que las negritas, son para remarcar el texto oficial y los comentarios entre paréntesis son nuestros—:
“Que como Medida Preventiva de Seguridad para las personas que gustan de disfrutar del Malecón Costero, y con fundamento en lo dispuesto por los Artículos 13 y 14 del Reglamento de Comercio, Industria y Prestaciones de Servicios para el Municipio de Coatzacoalcos, Veracruz, se lleva a cabo a partir del jueves 25 de octubre, un operativo permanente, en el que:
“—Se exhortará a las personas que gustan de convivir en el malecón costero, para que a partir de las 02:00 de la madrugada, se retiren a sus domicilios”.
(¿Qué tiene que ver la aplicación de un reglamento de comercio, con el libre tránsito de las personas? ¿Equivale a un toque de queda de facto?).
“—Se hace del conocimiento de los propietarios de Licorerías, Tiendas de Autoservicios, Ultramarinos, Misceláneas, Tiendas de Abarrotes, Depósitos o establecimientos autorizados para la venta de cerveza y bebidas alcohólicas en envases cerrados; que deberán dejar de vender este tipo de productos a partir de las 00:00horas.
(¿Es decir, “compren todo lo que puedan de chelas y alcohol antes de las doce de la noche, para que les alcance hasta las dos de la madrugada”?).
“—Se les informa a los propietarios de Bares, Cantinas, Videobares, Discotecas, Restaurantes-bar y Bebidas preparadas para llevar que deberán dejar de vender bebidas alcohólicas a partir de las 02:00 horas y cerrar sus establecimientos sin clientes dentro del mismo como límite hasta las 3:00 de la madrugada.
“Este operativo se aplicará en todo el Municipio de Coatzacoalcos, Veracruz.
“¡Necesitamos tu cooperación, consolidemos a nuestra ciudad como un sitio turístico y seguro!”.
(El cierre del comunicado es una perla, un “chupa seguro” que así “consolidamos” la imagen de una ciudad “turística” donde el desmadre en las calles es oficial pero con horario… quieren proyectar a la ciudad turística del “Chupe Seguro”)
Hasta ahí el comunicado que las autoridades difundieron para conocimiento de los porteños que gustan de “convivir” y “disfrutar” de su malecón.
Las leyes prohíben el consumo de alcohol en la vía pública. Las leyes no restringen la libertad de los ciudadanos de transitar libremente a cualquier hora por ningún sitio público. Es más, es un derecho constitucional, ahora conculcado por un avasallador del estado de derecho. Torpe, burdo, la principal autoridad de Coatzacoalcos, el señor Theurel, permite el libre consumo del alcohol, pero para disfrazar la violación de las leyes, termina violándolas más, agrediendo derechos ciudadanos.
Tan previsible como la molestia del Ejército y la Marina, lo son las poderosas razones que al gobierno de Coatzacoalcos le impiden cumplir con la ley y procurar que el municipio sea en verdad un lugar seguro.
A Theurel Cotero le está costando bastante trabajo dejar de recibir las fabulosas ganancias que estarían entrando a sus bolsillos, a través de los principales distribuidores de alcohol y cervezas, para permitir que lugares como el malecón de Coatzacoalcos, que debieran ser para la sana convivencia de las familias se conviertan en verdaderos lupanares públicos, donde el consumo del alcohol y drogas corren como ríos.
El coordinador del Programa de Capacitación e Investigación en Prevención y Tratamiento de Adicciones de la Universidad Veracruzana, Rafael Velasco Fernández, afirma que se ha demostrado en los últimos 15 años que en los países en donde la percepción del riesgo de salud es más baja, se consume más, y donde la percepción es alta, se consume menos.
En ese contexto, en Coatzacoalcos el gobierno municipal se esfuerza en minimizar la gravedad que el alcoholismo representan para la salud y la seguridad.
La encuesta “Percíbete” reveló que hoy día la mujer bebe tanto como el hombre. Anteriormente la proporción era de 5 varones bebedores contra una mujer; hoy es 5 a 5. La investigación se realizó en once cuerpos académicos de la UV, pero las cifras van a acorde con lo que marcan las estadísticas a nivel nacional. Esas conductas ha llevado a un incremento en el consumo de alcohol.
El otro punto es el incremento en el consumo de drogas. Ahí Veracruz ni es de los más ni es de los menos. Navega a media tabla en el contexto nacional, lo que tampoco es motivo de orgullo para nadie.
La adicción obedece, según esta clase de estudios, al nivel de percepción de riesgo que tiene el individuo. Si perciben que el riesgo de que una droga provoque un daño al organismo es mínimo, es más consumida; cuando se advierte que puede causar un daño mayor, disminuye el consumo. El estudio revela que la gente que estudia consume menos drogas ilegales que aquellas que no acuden a educarse.
Al paso de los años, el malecón de Coatzacoalcos se ha constituido en una verdadera zona de tolerancia, zona libre de alcohol y de drogas, donde prolifera la prostitución, donde las pandillas hacen de las suyas, donde los automovilistas alcoholizados juegan arrancones y provocan accidentes, casi siempre mortales.
Dejó de ser un paseo familiar y se convirtió en un gran foro de placer, donde se mezcla la bebida, la droga y el sexo.
Nada de esto ocurriría si la autoridad se pusiera las pilas. Marcos Theurel no respeta la ley y pretende remendarla con parches legaloides. Sabe que embriagarse en la vía pública es un delito, y lo tolera; mejor dicho, lo fomenta.
Haber expedido una serie de lineamientos para el comercio, que toca a los negocios cuyo vértice es la venta de alcohol o a aquellos que indirectamente viven de vender alcohol, es un contrasentido. Les puede limitar sus horarios, pero eso no va a inhibir el consumo de licor o cerveza.
El problema está en el consumo en la vía pública. Theurel está obligado legal y constitucionalmente a impedir que se beba fuera de los establecimientos autorizados, pero ahí incurre en otro desfase a su autoridad. Tampoco puede impedir que el ciudadano circule libremente en las calles, a la hora que sea y bajo su propio riesgo, porque ese también es un derecho constitucional.
¿Qué sanción se merece, por ejemplo, un grupo de jóvenes que se divierten sin alcohol, en el malecón, más allá de las 2 de la mañana? Legalmente ninguna.
¿Y qué sanción se merece otro grupo de jóvenes, con alcohol, a las 10 de la noche, dentro del horario permitido por el alcalde Theurel, en el malecón? Legalmente todas, porque beber en la vía pública es delito.
La percepción del alcalde Marcos Theurel es errónea. Estimula y fomenta el consumo de alcohol y lo peor es que lo regula, dando con ello una connotación de zona de tolerancia al malecón de Coatzacoalcos, incluida la droga y la prostitución, mientras el Ejército y la Marina se parten el alma enfrentando al crimen organizado.
¿O a qué obedece que Marcos Theurel prefiera auspiciar, con sus acciones aberrantes, el fenómeno de los vicios? Contéstemela, porfa.
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