Brenda Caballero
Números Rojos
Un frío recorrió mi cuerpo cuando leí las declaraciones del ex gobernador de Coahuila y ex Presidente Nacional del PRI, Humberto Moreira a Vanguardia, cuando habló de los asesinos de su hijo José Eduardo, arremetiendo hasta con los empresarios, a los que coludió con el narco.
Mi frío no fue por esa noticia, pues sus declaraciones no fueron otra cosa que la confirmación de lo que se oía en la vox populi… todos sabemos y conocemos esos secretos a voces ¿a poco no?
Mi escalofrío fue más allá de sus palabras… más bien sentí temor por lo que se puede desatar, de lo que puede venir, de esa pequeña hebra que desató.
No tengo hijos, pero los que tienen, dicen que el dolor más grande es perder uno. Y Moreira lo perdió con la traición, de la manera más cobarde, con engaños y dice que por cuestiones de venganza.
Asimismo, el mismo Moreira exclamaba: “Esto no lo puedo aguantar. Yo no me había doblado, pero que maten a mi hijo, eso no se puede aguantar”.
Y es que aparte de ser su hijo mayor, José Eduardo seguía de cerca los pasos de la política, seguía el ejemplo de su padre.
Hoy, nuevamente vuelve a estar Moreira en los principales encabezados de los medios electrónicos e impresos con tan escandalosas aseveraciones acerca del narco.
¿Por qué hasta ahora sus declaraciones? Muchos nos preguntamos ¿tuvo que morir su hijo para decir lo que dijo?
No cabe duda que las tragedias marcan a los seres humanos, cambian totalmente su manera de pensar, de actuar, de decir, de expresarse y de vivir.
Recuerdo a Isabel Miranda de Wallace, con el secuestro de su hijo en el año 2005. Tras varias investigaciones por su cuenta y con su propio dinero, encontró a los autores del secuestro de su querido hijo Hugo Alberto, demostrando la fragilidad de la justicia en México, además de que las líneas de investigación están más que perdidas y coludidas con la corrupción.
Tuvo que pasar por ese dolor para que la señora se convirtiera en activista y creara la Asociación Civil «Alto al Secuestro» proponiendo, incluso, una ley en busca de la protección de los derechos de las víctimas de secuestro.
Corría el 2008, cuando otro secuestro cimbró a la sociedad mexicana: el joven Fernando Martí, a quien levantaron en un falso retén y pese a que su padre Alejandro Martí pagó el secuestro, el chico nunca llegó a casa… lo habían asesinado.
Como consecuencia de tal crimen y en memoria de su pequeño, Don Alejandro creó la Fundación “Fernando Martí” con una bandera de lucha: «Todos Unidos contra la delincuencia», para evitar más casos como el de Fernando.
¡Cómo olvidar su frase célebre!: “Si no pueden…¡Renuncien!”
Apenas hace un año, otro caso vuelve a cimbrar a México: el asesinato de Juan Francisco, hijo del poeta Javier Sicilia, quien fue encontrado muerto en una camioneta Honda junto con otras seis personas aparentemente víctimas del crimen organizado.
A raíz de esa desgracia, Sicilia creó el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, convirtiéndose en su líder y haciendo caravanas por varios países en apoyo de las familias que no encuentran a alguno de sus seres queridos desaparecidos, acompañando a sus familiares en lo que él mismo llama “la tortura de la esperanza”
Ahora parece que el destino y la narcoviolencia señalan al siguiente en turno: Humberto Moreira. ¿Cuáles serán sus acciones? Por lo pronto, ya empezaron sus declaraciones ante el diario Vanguardia: Su hijo fue víctima de la Ley del Talión, los narcoempresarios que se codean con la sociedad y se han hecho millonarios y la frase que demuestra todo el coraje, la impotencia y el dolor de enterrar un hijo: “Cerdos, pónganse a temblar” refiriéndose a los asesinos de José Eduardo.
¡Y el frío volvió a recorrer mi cuerpo!
Email: caballero_brenda@hotmail.com
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