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    Sergio Sarmiento
    Jaque Mate (Reforma.19.10.12)

    «Erotismo es asentir a la vida incluso en la muerte».
    Georges Bataille

    Sylvia Kristel estaba hecha para el papel. La bella modelo neerlandesa, con apenas 21 años de edad y una rara combinación de ojos gris-verdes con cabello oscuro, hacía gala del desparpajo y la libertad personal que requería el personaje.
    Just Jaeckin, el director, la entrevistó cuando buscaba a la protagonista de Emmanuelle. «Me pidió que me quitara el vestido -recordó Kristel casi 20 años después, en una entrevista para el periódico británico Evening Standard-. Afortunadamente era un vestido fácil de quitarse. Tenía tirantes de espagueti que deslicé sobre mis hombros y simplemente cayó. Yo seguí hablando y fumando desnuda. No me sentí inhibida para nada».

    La película Emmanuelle, estrenada en 1974 en París después de haber sido prohibida durante seis meses, habría de convertirse en uno de los mayores éxitos financieros en la historia del cine francés. En el año de su estreno fue la cinta más taquillera en Francia. Durante 11 años se exhibió de manera ininterrumpida en la sala Arc de Triomphe de París. Pese enfrentar censuras y clasificaciones de sólo adultos, fue vista por unas 300 millones de personas en todo el mundo. Con el tiempo Emmanuelle habría de lograr que el cine erótico fuera aceptado en los círculos normales de distribución cinematográfica y no quedara aislado en unas cuantas salas especializadas en pornografía.
    El nombre «Emmanuelle» ha mantenido desde entonces una connotación de erotismo en buena parte del mundo. En Japón «hacer un Emmanuelle» es tener una aventura casual y alocada. El nombre lo usan bailarinas de table dance y prostitutas. Tras el éxito de la película se hicieron varias secuelas, algunas de ellas con Kristel y otras con nuevas actrices. Muchas películas pornográficas posteriores, que no tienen nada que ver con el personaje o la producción originales, se han filmado para aprovechar el sentido erótico con el que quedó marcado el nombre.
    Emmanuelle generó escándalo y atención desde que se publicó la novela original en 1959. El libro narra las aventuras de una joven francesa que llega a Tailandia para vivir con su esposo, diplomático, y que por aburrimiento empieza a tener aventuras sexuales cada vez más atrevidas. Apareció firmado por Emmanuelle Arsan, al parecer un seudónimo de Marayat Bibidh o Marayat Rollet-Andriane, una actriz nacida en Bangkok esposa de un diplomático francés, Louis-Jacques Rollet-Andriane. Algunos testimonios, entre ellos el del productor cinematográfico Ovidio Assonitis, sugieren que tanto esta primera novela como las secuelas fueron escritas por Louis-Jacques.
    Kristel era una Emmanuelle encantadora y natural. Era fácil imaginarla en el papel de la joven aburrida en un país extranjero que para divertirse tiene aventuras eróticas. El éxito de la película y de sus secuelas tuvo, sin embargo, un costo para ella. Famosa desde muy joven, pronto se vio envuelta en un mundo de drogas y alcohol. Varios de sus maridos y amantes le costaron dinero. Por otra parte, Kristel no se benefició del éxito financiero excepcional de las películas. Sus derechos los cedió por 150 mil dólares.
    Kristel ha dejado, pese a todo, una profunda huella en la cultura. Es el rostro visible no sólo de Emmanuelle sino de un erotismo suave y elegante que ya es aceptado como algo natural en buena parte del mundo. Muchos de quienes la vimos en la cinta original, y en varias de sus secuelas, la recordamos inevitablemente ayer cuando se difundió la noticia de su fallecimiento, después de una larga lucha contra el cáncer, a los 60 años de edad. Para muchos fue como haber perdido una vieja amante… infiel, quizá, pero siempre amada.

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