Claudia Guerrero Martínez
Entre lo utópico y lo verdadero
Cuando algunas empresas o negocios descuidan su prestigio y servicio, los clientes dejan de visitar éstas, iniciando así, su debacle por la pérdida de credibilidad sobre clientes potenciales… Lo mismo pasa en programas de televisión, radio y medios impresos e Internet… Interesante ver que ahora, dependencias estatales cambian su “Razón Social” para recobrar un poco de credibilidad por el constante desprestigio frente a la ciudadanía…
El cambio de nombre de Tránsito del Estado de Veracruz obedece a las enormes anomalías realizadas en sexenios anteriores y pago de favores en el actual… El dispendio en la entrega de concesiones de taxis, rutas de servicio público y actualmente, en el transporte colectivo, han abarrotado todo de forma irresponsable… Es un hecho, que el transporte público estatal está viviendo una de las peores crisis por la saturación de vehículos y la deslealtad en el servicio… A consecuencia de esto, se observa la proliferación del parque vehicular y la contaminación, misma, ya se constata en las principales ciudades de Veracruz…
El Director de Tránsito del Estado, Roberto López Santoyo, quien es el tercero en tomar las riendas de esta dependencia estatal, anunció el cambio de nombre para “transformarla” y dar mejor servicio… El problema, es que seguirán los mismos empleados y jefes, los mismos vicios y las mismas prácticas… No es un secreto los constantes sobornos que da la ciudadanía a agentes de tránsito, las mafias imperantes por parte del personal que opera las grúas, quienes “enganchan” autos y muchos de ellos con un simple billete, los bajan y perdonan el traslado al corralón… La adquisición de concesiones a sindicatos beneficiando a ricos líderes transportistas…
Y en su organigrama interno, también hay vicios y prácticas vergonzosas: Como la cuota semanal a jefes de Tránsito; si alguno quiere moto o grúa, tiene que pagar este beneficio y repartir los sobornos diarios… De lo contrario, esos mismos “Jefes” colocan a los subversivos en cruceros o calles problemáticas en su vialidad, para así castigarlos… No olvidemos la venta de la “clave” diaria a camioneros, volteos sin lona y de servicio de transporte estatal para poder pasar libremente en zonas prohibidas en horario crítico… Cada día, los Jefes de Tránsito cambian la clave, para así tener controladas estas canonjías… Es tanta la desvergüenza, que los agentes de tránsito exigen a los transportistas 100 y 200 pesos de recarga a su teléfono celular…
Cambiar el nombre de Tránsito del Estado es sólo darle una mala pintada a una pared llena de humedad… Se debe realizar una profunda limpieza y darle oportunidad a nuevas caras, terminar con las canonjías y finalizar con los compromisos con líderes sindicales…
Piensa que vestirlos con corbata y el quepis o quepí de policía (kepi en francés y es el sombrero usado en varios grados policiacos o militares, también conocida como gorra de plato) dará mejor imagen… Esto no impedirá los graves vicios y prácticas realizadas por varios sexenios en esta dependencia estatal…
Se presagia, que al querer cambiar el nombre a Agencia de Seguridad Vial, es sólo una medida para tapar las corruptelas y anomalías de esta dependencia, por futuras auditorías estatales e investigaciones federales… Como se dice coloquialmente: “Es darle un “Mejoral” al niño, ante una evidente neumonía”…
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