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    Brenda Caballero
    Números Rojos

    Hace más de dos años, para ser precisa el 23 de agosto, escribía en este mismo espacio sobre la iniciativa de Ley contra el Lavado de Dinero que tenía en puerta mi querido presidente. Dos años 48 días después ¡por fin se aprueba! ¿Se imagina usted cuánto dinero se lavó en ese lapso?
    La semana pasada nuestros “bellos” senadores preocupados por la sociedad mexicana dieron su voto de aprobación a la nueva ley denominada Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita la cual pretende combatir “los dineros sucios” del crimen organizado.
    Aclaro que Dinero Sucio se llama a aquél que no tiene su origen en nada bueno, así que puede derivar principalmente del narcotráfico, la prostitución, tráfico de armas, contrabando, corrupción, evasión de impuestos, extorsión, secuestro, desfalco, piratería, entre otros.

    Según los estudios demuestran que en nuestro país se obtiene una renta por lavado de dinero por aproximadamente 14 mil millones de dólares al año. La curiosidad mató al gato e inmediatamente saque mi calculadora para ver en pesos cuánto era eso ¡no me alcanzaron los dígitos! Pero seguramente eran varios billones de pesos.
    De la propia boca del Presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, Alejandro Encinas, salió que cada cártel de la droga que hay en México es 15 veces más rentable que el grupo Carso, el de Carlos Slim, luego entonces, por lógica diríamos que Slim no es el hombre más rico del mundo, sino el Chapo Guzmán ¿o no? aunque aceptar eso sería una barrabasada.
    Hace casi tres meses escuchábamos el escándalo de que el banco HSBC lavaba dinero desde que era Bital, allá por el año 2002… más bien lo blanqueaba (justificar o legalizar el dinero haciéndolo pasar como ganancia de una actividad lícita) ¿recuerda usted el caso de las camionetas Televisa en Nicaragua con 9 millones de dólares? Tal parece que hoy son asuntos en el olvido. ¿Han hecho algo nuestras autoridades al respecto?
    Supongamos que alguien tiene un millón de pesos que le dieron por vender drogas, secuestro, extorsión… o más fácil, es un empleado que por hacerse de la vista gorda y pasar algo que no estaba bien dentro de su trabajo, se lo dieron en pago a su miopía (corrupción). Él sabe que no puede depositarlos directamente en una cuenta bancaria (hoy, porque antes sí se podía) pues sería sujeto de que la Secretaría de Hacienda le investigara para ver de dónde sacó la lana; luego entonces, puede abrir un negocio que no le reditúe pero podrá justificar el dinero o sacar un préstamo e irlo pagando de allí, o lo que es más fácil, comprar una propiedad, un terreno o varios autos para “blanquear” el dinero.
    Se supone que con la nueva Ley Antilavado, ya no va a ser tan fácil blanquear el dinero, pues los notarios, corredores públicos, tendrán que informar a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público de las operaciones con un monto mayor a 100 mil pesos, para que a su vez, informe a la Unidad de Investigaciones de Recursos Ilícitos de la PGR (organismo que se creará con la dichosa ley) para perseguir este tipo de delito.
    Así que serán informados los préstamos en efectivo mayores a 100 mil pesos, y operaciones de compra-venta de joyería y relojes, así como compras de casas y terrenos, superiores a 500 mil, así como autos nuevos y usados con blindaje mayores a 300 mil; estos casos no deberán pagarse en efectivo, sino por medio de cheque o trasferencia electrónica. Las que trasladan valores no se salvan pues también declararán cuando lo hagan por montos mayores de 200 mil pesos.
    ¿Funcionará dicha ley o caerán muchos inocentes… como siempre?
    Es probable, aunque sí tengo la certeza de una cosa, servirá para recaudar el Impuesto Sobre la Renta correspondiente.
    Espero que con el tiempo no suceda en México lo que en España, que ante la crisis por la que atraviesa el gobierno de Mariano Rajoy, ha decretado una polémica Ley de Amnistía Fiscal, la cual permite blanquear dinero ilícito o de procedencia dudosa a través de la fórmula “regularice ahora o calle para siempre” con lo que basta que cualquier persona que tenga oculto algún dinerito declare que lo tiene desde antes del 31 de diciembre de 2010 y lo ingrese en una cuenta bancaria, previo pago de impuesto del 10 por ciento. ¿Cuántos capitales mexicanos volarán p’allá?
    Espero equivocarme y verdaderamente sirva de algo esta ley, pues retomo nuevamente las palabras del ex senador del PRD, Carlos Navarrete: “los ciudadanos y hasta los mismos gobernantes saben quiénes son las personas que lavan el dinero, es de esos secretos tan bien guardados que todo mundo lo sabemos”.

    Email:caballero_brenda@hotmail.com

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