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    José Luis Ortega Vidal
    Claroscuros

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    No causa extrañeza alguna que el dirigente estatal del PRD en Veracruz, Juan Vergel Pacheco, haya solicitado la intervención del Comité Nacional del perredismo para salvar “la unidad” del partido del sol azteca en la entidad.
    La pregunta es: ¿cuál unidad?
    A los políticos les encanta la demagogia pero éste es un platillo que sólo ellos consumen.
    A Juan Vergel le acaban de dan una paliza de padre y señor nuestro en el 8º Congreso Estatal del PRD que encabezó el Secretario General Fredy Ayala González junto con la diputada federal Jazmín Copete Zapot.
    Dicho evento, realizado el 29 de septiembre pasado, contó con la ausencia del líder estatal perredista y sirvió para que los rivales políticos de Vergel firmaran un documento en el que solicitan “su cabeza”.
    Juan Vergel desconoció el evento septembrino pero debilitado por tanto golpeteo que –afirma- viene desde el palacio de gobierno, al parecer está tirando la toalla y anuncia que los líderes nacionales del PRD serán quienes muevan los hilos del partido que le fue encargado.

    (2)
    Lejana la gloria del 2006, cuando se convirtieron en la segunda fuerza electoral del país y estuvieron a medio punto porcentual de obtener el poder federal, los perredistas veracruzanos lucen divididos, cada vez con menos gente y al borde del colapso.
    Si es un asunto que se ha fraguado en el palacio de gobierno –como dice Juan Vergel- pues qué burros son los del PRD para haberse dejado.
    En todo caso, algo habrán cooperado ellos mismos; ya sea con cargos como el del Subprocurador de Justicia en Cosamaloapan –antes lo fue en Coatzacoalcos-: Clemente Nagasaki Condado Escamilla; o bien por medio de componendas como las que Fredy Ayala hizo con el PRI estatal cuando fue diputado local en la pasada Legislatura.
    Así nomás, de botepronto, Fredy Ayala pidió permiso en el Congreso Local y se anotó como candidato del PRD a diputado federal por Cosoleacaque, lo que allanó el camino para que Antonio Benítez Lucho –del PRI- obtuviera el triunfo en las elecciones intermedias del 2009.
    Pero no sólo de Condado Escamilla y de Ayala González hay historias: Juan Vergel también tiene lo suyo, tratándose de negocios a costillas de la militancia perredista.
    El interés del actual líder estatal perredista por gestar una alianza con el PAN, de cara a las elecciones locales del 2013, es un asunto que se maneja con talegas de dinero de cinco y hasta seis cifras.
    En Coatzacoalcos –por citar sólo uno de 212 casos- el tema se está manejando así.
    A Vergel Pacheco ese asunto de la ideología le hace lo que el viento suele hacerle a los monumentos de Benito Juárez.
    ¿El interés de la ciudadanía? ¿Las ilusiones de los militantes de izquierda?
    El “juanito” jarocho no consume esa clase de garnachas.
    Lo suyo es la política prágmática.
    No ha entregado cuentas a nadie –en público al menos- sobre el manejo del dinero electoral perredista en los comicios federales del 2012.
    Tampoco se le observa impulsando un discurso limpio, idealista, progresista, que anime la bandera de la justicia.
    Discreto, de bajo perfil, taimado, Juan Vergel navega con bandera de “tarugo”, pero de eso no tiene ni un pelo.
    En los 212 municipios veracruzanos el PRD tiene cuotas, tarifas para la venta de su militancia y de su estructura partidista.
    Todos los boletos están a la venta y Juan Vergel Pacheco está manejando las rifas.
    El PRD en Veracruz está vendiendo candidaturas a diputaciones locales, a alcaldías, a sindicaturas y a regidurías.
    Lo de la alianza con el PAN es un plus que eleva el precio de los puestos en oferta.
    Juan Vergel, Fredy Ayala, Jazmín Copete Zapot, entre otros personajes, están ante el negocio de su vida.
    Nomás les falta ponerse de acuerdo.
    Eso de la unidad que vendría a cuidar el perredismo nacional es un rollote.
    Jesús Zambrano –de venir- acudirá a poner orden en la repartición del lastimero pastel perredista.

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