Salvador Muñoz
Los Políticos
Son 140 familias las que viven allí. La mayoría, sostenidas por mujeres… los señores tuvieron que emigrar a buscar trabajo fuera de su comunidad, de su municipio, de su estado… allende la frontera. Hace diez años, el huracán Karl golpeó con fuerza sus casas, propiedades, animalitos, sembradíos, y los dejó en la calle… este viernes, una oportunidad de hacer más por sus niños, por ellos mismos, por El Cuajilote y El Cedro, llegó con el diputado Juan Carlos Molina, quien entregó más de 700 gallinas ponedoras a cada una de las familias que se hicieron presentes en el Domo de la escuela primaria de la localidad.
II
Llegamos temprano a esta comunidad de Puente Nacional, a las diez de la mañana… no hay señal ni para hablar por teléfono… Teo se encarga de poner el equipo de sonido. Hay una bocina en el centro de la comunidad y el encargado de ésta es Teo, don Teodoro, quien por la módica cantidad de diez pesitos, pone “las mañanitas” dedicadas a través de esa bocina, para que todo El Cuajilote se entere quién cumple años. ¡Claro que igual debes, te vocean para que pases a pagar! Eso no sé si fue en serio o me vacilaron.
Buscan a Ana Verdón, la maestra… ella era instructora de Conafe y llegó a Cuajilote para ya jamás irse… dice que probó agua del río Santa María… ¡a mí se me hace que probó otra cosa! ¡El amor! ¡el amor! Anita va a ser la encargada de las palabras de agradecimiento…
III
En el río Santa María, me cuentan que mientras los niños y las niñas ayudaban a acarrear agua fuera con el burro o cubetas, las mujeres bajaban a lavar la ropa y que para ello se despojaban de sus prendas de la cintura para arriba… este paisaje cotidiano ya no es usual… pero no crea que fue por pudor, sino porque alguna autoridad hizo un pozo para que desde allí, se suministrara el agua a cada hogar y entonces, el río sólo sirviera para que los niños fueran a jugar.
En la zona hay venados… a veces llegan grupos de cazadores y se internan en los bosques cercanos a El Cuajilote… es más fácil que regresen con un armadillo.
Hace años, nos cuentan que para proteger de los coyotes a las crías de cerdos, los niños se quedaban a dormir con ellas.
IV
Cerca de las 11 de la mañana llegó el diputado Juan Carlos Molina ¡y a lo que te truje! Se plantó ante los vecinos de El Cuajilote y El Cedro y directo como es, les instó a organizarse en beneficio de la comunidad. Les dijo que la fortaleza del campo está en su gente, en las mujeres y hombres, humildes y trabajadores que son los que hacen grande a Veracruz. Con la entrega de estas gallinas ponedoras, Molina Palacios les hizo prometer a los beneficiarios que lo vuelvan a invitar al Cuajilote porque es seguro que cuando regrese, “¡van a sobrar huevos!”.
Fue insistente en la organización de la comunidad al grado de que si ve avances, está dispuesto a hacer de El Cuajilote, la base para generar una incubadora e ir reproduciendo las gallinas ponedoras, “crecer el número de gallinas, asegurar el desayuno de nuestros hijos”.
Por supuesto, no pudo dejar escapar la oportunidad de promover los programas que a través de la CNC promueve, como son los lentes graduados cuyo costo para los vecinos de El Cuajilote será de ¡cien pesos!, está igual el de aparatos auditivos cuyo costo es de 700 pesos; y hay que agregar también la venta de carne a precios sumamente cómodos, y cuando les dijo el precio por el kilo de pollo, las señoras deseaban que ya hubiera estado el producto allí mismo para comprarlo: ¡27 pesos el kilo!
Así, cuando la maestra Ana Verdón pasó a agradecer a Juan Carlos Molina, le enfatizó que si bien son gente de escasos recursos, también son gente trabajadora, de campo, y agradecida y estarán a la espera de que traiga esos programas para beneficiar a El Cedro y El Cuajilote con lentes, láminas, pollos y huevos, muchos huevos.
V
Llegamos a la casa de la señora Marucha… en el fogón, mojarras; en el comal, unas enormes tortillas hechas a mano… “con permiso”, dice el diputado Juan Carlos, quien no se aguanta las ganas y se levanta de la mesa para coger un plato… sigo su ejemplo y nos servimos. En la mesa, frijolitos, guacamole y pico de gallo que hacen que Molina Palacios sude la gota gorda: “¡Ah jijos! ¡pica!”
Noemí Valdez Alemán, originaria de El Cuajilote, nos presume que sabe echar tortilla a mano… ¡y sí! ¡Vamos! ¡Hasta conoce la técnica para que esponjen!
El agua de naranja y de horchata acompañan el almuerzo que todavía remata doña Marucha con un caldo de camarón que nos obliga a pensar que la naturaleza fue injusta al proporcionarnos sólo un estómago habiendo personas tan maravillosas, como doña Marucha y su familia que guisan tan rico… aunque gracias a Dios, ¡se inventaron los “toper”! Ahora sí, tanto a Molina Palacios, Marcela Aguilera, a la misma Noemí Valdez y a mí, “nos dieron hasta para llevar”…
Nos retiramos de El Cuajilote… y mientras se avanza, rostros felices nos despiden… la gente está contenta con los “a-pollos” del diputado… es cierto, las gallinas ponen los huevos, pero Juan Carlos Molina se encarga de poner un poco de esperanza en esta gente que sabe ser agradecida.
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