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    Felipe de Jesús Fernández Basilio

    Desde A Janela

    Sí, como viles chantajes debe de llamarse lo que ahora vemos tanto a nivel federal como en muchos estados de la República y ello es así porque no conformes con la gran tajada de pastel que obtuvieron en las pasadas elecciones, López y su partido lanzaron una gran ofensiva para engullirse el pastel completo.

    Siendo el primer objetivo de su voracidad el Poder Judicial de la Federación, poder que es el único contrapeso que existe para defender el orden constitucional y que hasta el momento no está copado por los subalternos de López y a quien acusan de que sus miembros tienen unos sueldos y prestaciones muy por encima de los que tiene el Presidente, así como el nepotismo que existe en su interior.

    Situación que si bien es real y en este espacio ya se ha tratado el tema, así como el que los jueces, magistrados y ministros muchas veces se han alejado de impartir una justicia sencilla y eficaz refugiándose en formalismos legales para no conocer siquiera de los asuntos que se les plantea, mas ello no justifica el que se haga una campaña de linchamiento social en contra de ellos ni mucho menos el que se les pretenda someter con el chantaje de recortarles sus sueldos y prestaciones.

    Porque lo cierto es que la campaña montada en su contra no es para mejorar la impartición de justicia, sino que se trata de un mero chantaje para que se sometan a los caprichos del Juárez renovado que despacha en Palacio Nacional, ya que si lo hacen los ataques tanto del Presidente como de sus filibusteros como Salgado Macedonio cesarán de inmediato y los privilegios quedarán en el olvido.

    Por cierto, la cuestionable disposición constitucional de que ningún servidor público podrá ganar más que el Presidente paradójicamente fue hecha en tiempos de Calderón y no es una ocurrencia del actual mandatario; resultando cuestionable el por qué debe de ser el salario del Presidente el más alto de todos los servidores públicos, siendo comprensible que en la administración pública lo sea, por ser el escalafón más alto que ésta tiene; mas no por ello los otros poderes y los órganos autónomos se tienen que ceñir a ese lineamiento.

    Comentario aparte merece el que se quiera hacer el chantaje comparando lo desigual como sucede al decir que un obrero, burócrata o despachador por poner algunos ejemplos, ganan mucho menos que un juez o magistrado; resultando falaz tal argumento, ya que el nivel de estudios y responsabilidad es diferente y ello no solo sucede en el Estado sino que en cualquier empresa o actividad humana se cotiza de manera diferente el trabajo prestado de acuerdo a su nivel de especialidad y grado de responsabilidad.

    Los ataques también van dirigidos a los organismos autónomos debido a que la sola existencia de éstos le molesta de sobre manera a López y un ejemplo de ello es que de ninguna manera permitió que se creara una Fiscalía General de la República en la que no tuviera injerencia directa, es decir que fuera verdaderamente independiente del gobierno.

    Así mismo López se lanzó en contra del INAI y del INEGI, organismos de los que dijo son caros y no sirven para nada; mas lo cierto es que ambos son muy útiles ya que el primero es fundamental para conocer todas las actividades del gobierno, incluso en contra de su voluntad y el segundo ni más ni menos que para conocer a través de sus mediciones la realidad del país y muchas veces los datos arrojados por ambos van a ser contrarios a lo que el Sr. López quiera mostrar a su pueblo.

    Es decir, se trata de dos organismos autónomos que debido a sus atribuciones son un verdadero contrapeso para el gobierno y que al igual que el poder judicial necesitan de personal altamente especializado para llevar a cabo su labor, así como escapan del control presidencial y por lo mismo deben de ser sometidos por medio del chantaje y del linchamiento social, para que los resultados que presenten sean de acuerdo a la voluntad del inquilino de Palacio Nacional o de no ser así su “pueblo bueno” no les crea cuando estos resultados sean diferentes a los que López divulgue, ya que se busca crear la percepción de son organismos corruptos cuya información contrasta con la del “presidente bueno”.

    Muestra de lo anterior es que un día sí y el otro también vemos a López manejar cifras exageradas y a la gente creérsela, aunque después sean desmentidas por medio de una investigación periodística tal y como sucedió con el supuesto salario de seiscientos mil pesos atribuido a los ministros de la corte.

    Por ello es que conociendo cómo se las gasta el titular del Ejecutivo federal es que se puede afirmar que todas estas son unas campañas de desprestigio para chantajear y someter a todos aquellos órganos del Estado que aún escapan a su control, ya que de quienes le son sumisos nada dice, como acontece con la exministra que es su secretaria de gobernación que cobra su pensión del poder judicial y aparte su salario “austero y republicano” como secretaria o los legisladores de su partido que solo se bajaron cosméticamente los gastos de representación con lo que siguen cobrando prácticamente lo mismo que sus predecesores.

    felfebas@gmail.com

    Twitter: @FelipeFBasilio

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