José Luis Ortega Vidal
Claroscuros
(1)
“Ojo por ojo y el mundo acabará ciego”: Mahatma Ghandi.
(2)
Jorge Luis Solano San Gabriel y Edgardo Daniel Hernández eran –antes del sábado 29 de septiembre- dos estudiantes de ingeniería en la Universidad Veracruzana, perfectamente desconocidos.
Luego de haber lanzado dos huevazos a la conductora en noticiarios de TELEVISA, Adela Micha Zaga, son dos estudiantes de ingeniería perfectamente identificados.
Lo menos que se sabe de ambos muchachos es que no pasarían la prueba en un equipo de beisbol; dado que sólo uno de los proyectiles arrojados contra la humanidad de la también periodista cumplió su cometido y se convirtió –ipso facto- en un huevo estrellado.
(3)
Tras el acto lamentable y patético de los universitarios también sabemos que son un par de groseros, que actúan como tarados y que son muy malos corredores.
Lo menos que esperaríamos de Jorge Luis Solano San Gabriel y Edgardo Daniel Hernández es que reconozcan su error y ofrezcan una disculpa a la dama ofendida.
Allá ellos y su conciencia.
(4)
¿El tema da para más?
Desde luego que no.
Tan es así que a las cuatro horas de haber sido detenidos, Jorge Luis y Edgardo Daniel –presuntos integrantes del Movimiento YoSoy132- pagaron 300 pesos de multa cada uno y partieron a continuar con su huevuda vida.
¿De dónde salieron los 600 pesos?
Vaya usted a saber; podríamos pensar que los chamacos –de no contar con ese dinero- hasta pudieron permanecer más horas en la cárcel como medida administrativa para solventar el pago por su falta de respeto a la Micha.
En una de esas, desde el más alto rango del gobierno veracruzano les hicieron llegar los recursos para que se marcharan con su escándalo -y sus huevos- a otras parte.
(5)
He aquí, entonces, que surgen algunos puntos interesantes alrededor de esta anécdota a la que se sumó gustoso el Presidente Felipe Calderón.
El Jefe del Ejecutivo twiteó el siguiente mensaje en torno a los huevazos contra Adela: “Son reprobables la intolerancia y el odio que han sido sembrados desde hace tiempo en política. Mi solidaridad con @Adela_Micha”.
¿Intolerancia y Odio?
El acto cometido por dos estudiantes de la UV es lamentable, criticable y estos jóvenes se han ganado un regaño de sus padres y una llamada de atención de parte de la autoridad que los detuvo y les aplicó una multa para que le bajen de eso que andan aventando contra la gente decente: ¡mire qué huevos de ca…!
Esto último ya ocurrió; lo de sus padres no lo sé, pero ese es un asunto privado.
Ahora vuelvo a la pregunta: ¿Intolerancia y Odio?
Ah caray. Son palabras muy fuertes. Tan fuertes y de un significado tan profundo como la frase que abre este artículo: “Ojo por ojo y el mundo acabará ciego”: Mahatma Ghandi.
Caray: me estoy “calderonizando”. Ora sí, me “la jalé” citando a Ghandi para escribir sobre el asunto de dos huevazos: uno fallido y el otro motivo de sarcasmo de parte de la propia Adela Micha.
En fin, el tema –sinceramente- ya me está dando hueva.
Da la impresión de que el Presidente no tenía otra cosa qué hacer –por ejemplo detener su guerra inútil, sangrienta y monstruosa- y decidió twitear sobre un chisme suscitado en “jarochilandia” que en lo sucesivo podría ser denominada oficialmente como “jarochilandia de los huevos estrellados”
Por lo que hace a las autoridades policiacas de nuestra entidad también podemos referir un exceso tan criticable como el asunto de los huevos: capturar a los “huevicidas” a través de policías con capucha y metralletas R15; exhibirlos tal y como hacen la PGR, la Marina y el Ejército con narcotraficantes, secuestradores, asesinos múltiples y demás especies del crimen organizado, intentar ponerlos –infructuosamente- en la picota de la opinión pública cual si fueran enemigos de la sociedad…¡Ah pa´huevos!
¿Y los del Rector?
Normalmente el doctor Raúl Arias Lovillo suele abrir la boca una vez que la ha conectado al cerebro; pero el sábado también se sumó a la psicosis “hueveril” y de inmediato declaró que se tomarán medidas contra los “huevoterroristas” con base en los reglamentos que rigen la vida de la comunidad universitaria que tiene los huevos muy bien puestos.
¡Faltaba más!
No puedo decir nada más. Espero nuevos datos duros sobre este trascedente caso que bien podríamos denominar: “La increíble y triste historia del cándido doctorado y los huevos desalmados”.
Finalmente, por si a alguien le interesa el dato: yo prefiero los huevos revueltos, con frijoles y chile en vinagre, con tortillas “echadas a mano” –cuando se puede- y bien calientitos y es que aun caros, los productos de gallina son la base de la alimentación en este país tan huevón.
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