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    Raúl Abraham López Martínez
    Coyuntura Política XXI

    En Veracruz la crisis económica y la ola de violencia que azota al país se agravan de manera considerable debido a la presencia de una variable política que impide que los veracruzanos nos encontremos en condiciones de promover una nueva relación entre el gobierno y la sociedad que nos posibilite atenuar por la vía política los principales problemas que afectan a los veracruzanos.
    Esta variable se encuentra identificada con el predominio que el PRI ha sostenido durante 83 años en el gobierno estatal.
    En este largo periodo de tiempo el PRI ha desarrollado peculiares formas de subordinación política en cuya cúspide se encuentra la figura del gobernador.
    Dentro de esta lógica de subordinación política, la encarnación del Poder Ejecutivo, ejemplo vivo del presidencialismo autoritario, ha colocado bajo su vasallaje al Poder Legislativo, al Instituto Electoral Veracruzano, y a los organismos responsables de la rendición de cuentas.
    Sin la debida autonomía política de estas instancias, el gobernador carece de puntos de equilibrio que garanticen un adecuado funcionamiento del gobierno estatal, propiciando la falta de transparencia en el uso de los recursos públicos, convirtiendo la administración estatal en un instrumento político-electoral que opera a favor de los candidatos del PRI.
    En consecuencia, como sucede en estos contextos autoritarios, los principales beneficiados en estos 83 años del PRI en Veracruz son una raquítica minoría que se ha enriquecido al amparo de los recursos públicos.
    La lista de políticos y empresarios que se han enriquecido bajo esta poca democrática relación con el poder es del dominio público. Sus nombres y apellidos enuncian la identidad de genuinos clanes que se niegan a abandonar el cuerno de la abundancia.
    Por estos motivos, estos clanes son los primeros en movilizar estrategias para atacar una posible alianza electoral entre el PRD y el PAN dirigida a postular candidatos a diputados locales y presidentes municipales para el proceso electoral que se avecina.
    De lo que se trata, es impedir a toda costa que los dos principales opositores del PRI en Veracruz se articulen electoralmente en la ruta por el control del Congreso de Veracruz y en la disputa por los principales gobiernos municipales.
    En la ruta por la defensa de sus privilegios, estos clanes están maniobrando al interior del PRD en Veracruz, por medio de “dirigentes perredistas”, que se encuentran actuando como los títeres de Javier Duarte de Ochoa. Estos títeres en donde se encuentran Fredy Ayala, actual secretario general del PRD; Yazmin Cotepe Zapot, diputada federal, y el corrupto grupo de los Conrado, ubicados en Acayucan; tienen como misión torpedear desde el interior del PRD cualquier intento de alianza PRD-PAN.
    A estos perredistas, se les hace más fácil pactar con el PRI que comprometerse con una agenda política que permita consumar una alternancia en Veracruz.
    Concluyo señalando que si queremos que Veracruz transite a una condición cercana a la democracia es condición contar con un Congreso Local que actúe como un genuino perro guardián de los intereses de la mayoría de los veracruzanos. Y esto es posible de lograr mediante una amplia alianza, respaldada por los ciudadanos, entre el PRD y el PAN.

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