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    Claudia Constantino
    Las Crónicas de 2012  

    Según los resultados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las “ciudades sustentables” del Gobernador Chiapaneco, Juan Sabines Guerrero, han tenido el mayor impacto en la reducción de la pobreza extrema en el país en los últimos 5 años; por lo que se espera que la siguiente administración las apuntale.
    En la que fue su última visita a Ostuacán, Chis, como gobernador, Sabines no solo defendió el “modelo de ciudades sustentables” aplicado en su estado, sino que además recordó junto con los habitantes de esa comunidad, los difíciles momentos que vivieron hace cinco años y las víctimas que dejó una de las mayores inundaciones en la historia de Chiapas. “Fue uno de los momentos más duros en mi administración”, aseguró el gobernador, quien reconoció que las ideas que planteó a las 13 comunidades afectadas le parecían a algunos nuevos engaños o una invitación a construir castillos en el aire, pero hoy “pueden ser evaluadas por quien así lo desee”.
    Aseguraba con firmeza: “Van a venir a preguntarles, a decirles que el gobernador los trajo casi forzados. No es así. La gente está aquí porque así lo decidió, porque quiere. Van a venir a preguntar si es cierto que hay escuela y si ésta sirve o no; van a venir a preguntar si hay hospital y si da buen servicio; van a preguntar si tienen agua, luz, si tienen mercado, si tienen casa o si hay proyectos productivos, y son ustedes los que van a tener la respuesta. El Inegi, en el censo de 2010, nos dice que sí sirvió, que toda la población que carecía de salud, escuela, servicios y trabajo hoy los tiene”.
                Y continuaba diciendo: “Muchos mexicanos, muchos chiapanecos, están acostumbrados a la estrategia del cangrejo y la cubeta que no es necesario tapar para evitar que escapen, porque no falta otro cangrejo que lo esté jalando, que los quiera convencer de que no salgan, que se queden abajo, que diga que todo está mal, que nada sirve, que no funciona, que la pobreza no tiene remedio y que no hay nada que hacer. Pero ustedes son un reflejo de lo que se puede hacer con la pobreza”, insistió.
    Llamó a la comunidad reunida en el centro social de Nuevo Juan de Grijalva a seguir construyendo paz social, educación, empleo, como lo han venido haciendo, pues lo que se construyó ahí no es un fraccionamiento, sino una ciudad con voluntad de la gente, donde han podido convivir familias de religiones distintas, algo pocas veces visto en el estado.
    Sabines destacó que a la escuela de la comunidad no sólo acuden los niños de Nuevo Juan de Grijalva, sino paulatinamente se han sumado alumnos de otros poblados. En cuanto a salud, no se ha reportado un solo deceso de mujeres al dar a luz y tampoco de recién nacidos, cuando estaban acostumbrados en todo Chiapas a que ésa era casi regla; además, es la ciudad que menor impacto ambiental genera en todo el país.
                De acuerdo con el Inegi, el estado se distingue por la dispersión demográfica en comunidades rurales: seis de cada 100 chiapanecos viven en 14 mil 346 localidades de menos de 100 habitantes, lo que, aunado a la accidentada orografía, dificulta dotarlos de servicios de drenaje, luz, pavimentación y agua, en detrimento de la calidad de vida de la población.
                De acuerdo con la más reciente reforma publicada en el Diario Oficial el 5 de noviembre de 2010, el objetivo de las ciudades rurales sustentables como Nuevo Juan de Grijalva es combatir la dispersión de los asentamientos humanos, llevar servicios básicos a un mayor número de habitantes de las zonas rurales, así como crear condiciones que permitan el desarrollo económico sustentable y actividades propias de la región, elevar la calidad de vida y los índices de desarrollo humano.
                El gobernador confió en que la nueva administración, que entrará en funciones el 8 de diciembre, no sólo respalde estas ciudades sino promueva su creación en otras regiones del estado, a fin de elevar el bienestar de los chiapanecos. En las caras de los habitantes de Nuevo Juan de Grijalva en el municipio de Ostuacán, Chiapas: Esperanza. En las sonrisas de los niños complacencia por un entorno diferente al de la miseria lacerante de otras comunidades cercanas. “Que no es la panacea”, dicen. Pero en todo caso es mejor que La Nada.
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