Roberto Morales Ayala
Desnudo de conveniencias, el pensamiento crítico es directriz indispensable para una sociedad que aspira a mantener pasos progresistas y de bienestar común. Y si alguien en Veracruz tiene la autoridad y el valor moral para ejercer ese pensamiento es la Universidad Veracruzana, reconocida dentro y fuera del estado por su compromiso con las causas del pueblo al que sirve.
Ese sentimiento que se vive en el ámbito académico y estudiantil, ese espíritu crítico es ajeno y contrario al sistema político en manos de los dos últimos gobernantes veracruzanos que hemos padecido: Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa.
La UV, su voz y su actitud crítica, es una piedra en el zapato de la familia en el poder. Genera conciencia, motiva a la reflexión, alerta a la sociedad y a través de su autoridad moral define el sendero por el cual debemos caminar y advierte yerros y perversión en quienes encabezan o forman parte de las nóminas de las instituciones públicas, llámese gobierno o llámese PRI.En consecuencia, por ese prestigio que sustenta a la Universidad Veracruzana y por el peso de sus acciones y de sus palabras, de un tiempo a la fecha la máxima casa de estudios de nuestro estado ha sufrido una sistemática campaña de ataques y finalmente del allanamiento a su espacio físico y moral.
Un hecho viene a ser el colofón a esta escalada de agresiones. Ocurrió el 21 de agosto, hace una semana, en la ciudad de Xalapa, capital de Veracruz, mientras el profesor George Phillips, especialista de talla internacional, de la London School of Economics impartía una conferencia magistral sobre temas de seguridad pública en México, en el auditorio de los Institutos de Investigaciones Histórico-Sociales y de Investigación en Educación de la Universidad Veracruzana.
Hasta ahí irrumpió un grupo de mozalbetes, a quienes la UV identificó como militantes o simpatizantes del PRI, cuya presencia en el evento no tenía otro fin que sabotear la conferencia.
Los habían concentrado en un café cercano al recinto donde se realizó la conferencia magistral. De ahí partieron y cuando llegaron al auditorio, se dedicaron a interrumpir, gritar, silbar, insultar, abuchear y asumir posteriormente una actitud amenazante hacia la institución. Aquello fue reprobable.
Mediante un desplegado público, los directores de ambos institutos, Juan Ortiz Escamilla y Gunther Dietz, calificaron el hecho como un “atentado al pensamiento crítico y a la autonomía universitaria” y señaló que “su presencia no hace más que desprestigiar al partido al que pertenecen”, y advirtió que “su presencia estuvo claramente orientada a suprimir cualquier posibilidad de debate civilizado”.
El desplegado es una firme, sólida y contundente respuesta a la perversidad con que se conducen los priístas. En otro de sus párrafos señala:
“El pensamiento crítico es una de las principales contribuciones de la universidad a la sociedad, al señalar errores y aciertos de los gobiernos, ejercer una vigilancia constructiva del poder y proponer medidas para el mejoramiento de la vida social y la profundización de la vida democrática”.
Y finalmente dice:
“Exigimos el cese inmediato de este acoso, al tiempo que solicitamos la solidaridad de los universitarios y de los ciudadanos en general. Por nuestra parte nos comprometemos a seguir ejerciendo la investigación y la docencia de alto nivel con un espíritu constructivo y a defender la libertad de expresión y la autonomía universitaria”.
La gravedad de los hechos, lo ocurrido durante la conferencia magistral del investigador George Phillips, es apenas el microcosmos del conflicto en ascenso entre los grupos de poder y la UV. Como expresa el desplegado, la UV ejerce el pensamiento crítico y se manifiesta en el uso razonado de su autonomía, aún a costa de las reacciones, que finalmente son provocaciones por parte de los porros priístas.
Pero no es el único caso. En otros terrenos, la UV viene siendo golpeteada por el sistema político, del cual el PRI es motor y bujía. Recordemos, por ejemplo, el asesinato del profesor José Luis Blanco Rosales, antropólogo investigador, muerto en extrañas condiciones, supuestamente para robarle, en mayo pasado.
José Luis Blanco, quien ejercía su libertad de expresión en diversos medios de comunicación, había fustigado el asesinato de otro catedrático de la UV, el doctor José Luis Martínez Aguilar, y era un crítico demoledor de la estrategia seguida en la lucha contra el narcotráfico.
El esclarecimiento del crimen no convenció a nadie. La hipótesis de la Procuraduría de Veracruz señaló que los responsables fuero un sobrino y otros secuaces, sólo para robarle. Lo único que dejó fue la sospecha de que las declaraciones incriminatorias de los acusados fueron arrancadas mediante presión y tortura.
En otro ámbito, el ahorcamiento económico de la UV ha sido un progresivo embate del gobierno de Veracruz hacia la institución educativa. Año con año, se leen y escuchan reclamos de la comunidad universitaria por la falta de presupuesto, que impide crecer y, por supuesto, darle cabida a la totalidad de jóvenes aspirantes a cursar una carrera en una de las escuelas de nivel superior con mayor prestigio, no sólo en México sino a nivel mundial.
En contraste, el gobierno de Veracruz viene auspiciando universidades a modo. La mayor aberración se da con la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, ideada y auspiciada por Fidel Herrera Beltrán, Javier Duarte de Ochoa, el rector Guillermo Zúñiga Martínez y ex gobernador de Oaxaca, José Murat Casab, para la cual no sólo hay buenas intenciones sino también recursos económicos en aumento. El primer año, el gobierno duartista le otorgó 10 millones de pesos y en su segundo año, 21 millones de pesos.
La actitud crítica de la UV es incómoda para el gobierno de Veracruz y a cambio, como represalia, había venido sufriendo una indiferencia descarada, a medio encubrir, y la falta de apoyo a sus proyectos.
El episodio del 21 de agosto, al haber irrumpido los porros priístas, haber insultado, amenazado y silbado en la conferencia del investigador George Phillips, constituye una señal irrefutable de que el PRI, ahora con total descaro, está siendo usado para embestir a la máxima casa de estudios, algo que preocupa a todos, pero que permite traslucir la incapacidad de un régimen para filtrar la crítica, corregir errores y enmendar el camino.
Toca a todos defender a la UV y repudiar la perversidad como forma de hacer política. (romoaya@gmail.com)(@moralesrobert)
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