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    Felipe de Jesús Fernández Basilio

    Desde a Janela

    Cuando a una palabra se le agrega el prefijo griego “pseudo”se hace referencia a que lo designado por ella es algo falso o engañoso y así tenemos que cuando alguien se dedica a la música pero carece del talento necesario para interpretarla, se le llama pseudomúsico o bien cuando se presentan una serie de estudios que presumen ser científicos pero que carecen del sustento metodológico que para ser tales es exigido, se reputan como pseudociencia e igual se hace en el caso de un documento que supuestamente es histórico pero que no acredita su autenticidad.

    Pues lo mismo sucede con la “democracia”que López y sus secuaces quieren implantar en México, ya que en el discurso suena como una democracia de avanzada mas en realidad lo que se fomenta es el autoritarismo y la opacidad y con ello claro está, la corrupción.

    Y en verdad parece que se trata de que todo es democrático, porque un día y otro también escuchamos en el sermón mañanero que “el pueblo manda”, que las decisiones se toman por mayoría ya que ahora la vida es una “democracia” y así mismo hacen supuestas consultas populares para aprobar tal o cual “proyecto” y ahora salen con que los cargos de elección popular se pueden revocar por mandato popular, empezando por el Presidente para después seguir con otros funcionarios electos como legisladores o gobernadores.

    Mas todo ello no es más que un espejismo, ya que como se dijo anteriormente, suena muy bonito y genera la apariencia de que el pueblo manda en todo, cuando como veremos no hay nada más falso que eso.

    Ya que la mentira radica en que las consultas, las votaciones a mano alzada o la ahora pretendida revocación del mandato siempre son convocadas por el propio López o en su defecto por su gobierno y siempre lo son para decidir sobre un capricho presidencial o en el caso de la pretendida revocación de mandato para que López haga lo que más le gusta hacer, andar permanentemente en campaña.

    Mas al mismo tiempo el supuesto gobierno democrático busca la reducción y si es posible el aniquilamiento no solo de los órganos autónomos del Estado, sino que también de la sociedad civil organizada ya que pretenden terminar con cualquier participación en la vida pública emanada de la población para sustituirla con la acción directa y clientelar a cargo del Estado.

    Eso es lo que está sucediendo con las estancias infantiles y con las casas de atención a las víctimas de violencia familiar a las que López les pretende quitar todos los recursos públicos, ya que fiel a su estilo las tilda de corruptas y pretende sustituirlas dando limosnas controladas por el Estado directamente a la población afectada, cuando es bien sabido que lo que se requiere en ambos casos es mucho más que eso.

    Mientras que en una verdadera democracia el pueblo manda, pero lo hace de manera efectiva al periódicamente elegir a sus gobernantes, quienes tienen que cumplir con el mandato para el que son designados y al cabo del mismo el pueblo decide si quedó satisfecho renovando su voto o en caso contrario votando por otra opción y solamente en casos de infracciones graves a la ley por parte de los gobernantes se encuentra previsto un mecanismo de remoción y en su caso de sanción.

    Y lo hace de manera aún más efectiva al involucrarse directamente en la vida pública yendo más allá de lo que el gobierno tiene como sus objetivos o hasta a veces en contra de los mismos; haciéndolo a través de organizaciones sociales, las cuales son tan variadas como diferentes son las necesidades que tienen que atender y éstas, contrario a lo que dicen en Palacio Nacional, son complementarias a la actividad del
    Estado.

    Siendo por estas razones que lo que López plantea no es más que la creación de una pseudodemocracia, ya que lo único que busca lograr con estos métodos dizque democráticos es manipular a la población mientras que en la práctica lo que repele es que la sociedad se organice para exigir cosas diferentes a las que él tiene pensadas.

    Y se puede afirmar con razón que la pseudodemocracia por sus engaños es aún más dañina que la antidemocracia directa, ya que crea la apariencia de democracia cuando en realidad se trata de un autoritarismo disfrazado.

    felfebas@gmail.com

    Twitter: @FelipeFBasilio

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