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    Salvador Muñoz

    Los Políticos

    Con un Orfis y una Contraloría, así como Fiscalía y un Sistema Estatal Anticorrupción en nuestro Veracruz, uno pudiera pensar que los actos fuera de la Ley en cualquiera de nuestros poderes serían casi imposible ya ni siquiera de realizar, ¡pensarlos! pero no… la ausencia de transparencia y de rendición de cuentas se mantiene firme, sea o no con Cuarta Transformación… hay cosas que sencillamente parecen inherentes en la naturaleza humana y chingar, transar, el dos de bastos, meter la uña estando en la función pública, pareciera ser una de ellas…

    Así, cuando las denuncias o acusaciones de ediles contra las autoridades municipales  debieran ser atendidas por el Congreso local con el mismo apremio con que se actúa en asuntos políticos llenos de revanchismo, éstas se van enfriando en la congeladora, en un cajón donde plácidamente se arrulla el sueño de los justos. Mismo caso sucede en nuestros entes estatales, cobijados por las siglas que detenten el poder.

    Sí, no importa si hay un Orfis, una Contraloría, una Fiscalía o Sistema Estatal Anticorrupción… algo ocurre para que nuestros funcionarios, sean del poder que sean, estén en la constante mira de ediles, diputados y ciudadanos… ¡y ejemplos sobran!

    Tlacotalpan, con arbitrariedades expuestas tanto en medios como por parte del regidor Gonzalo Palacios, quien llegó al Congreso del Estado sin que obtenga respuesta porque hasta donde se sabe, no ha sido notificado de alguna acción al respecto. Entre algunos de los detalles del alcalde Christian Romero está el de sólo entregar los acuerdos a los regidores para que los firmen sin llegar a Sesión de Cabildo… por citar uno.

    Rafael Delgado es otro ejemplo… la Fiscalía General, Congreso Local, Órgano de Fiscalización Superior y otras dependencias conocen del caso que denunciaron el síndico Julián Cotlame Cocotle y el regidor Adrián Hernández. Acusan a la alcaldesa Isidora Antonio Ramos por desvío y mal uso de recursos públicos. En el paquete incluyen a la tesorera municipal, Angélica López Portillo (mal fario el apellido), al contralor Roberto Carlos Gómez Jiménez, así como al asesor de la presidenta Alejandro López Luna, padre de la tesorera, por complicidad.

    Ahora que si hablamos de hechos más cercanos a la capital veracruzana, está el caso de Ayahualulco, donde baste recordar que la síndica María Guadalupe Núñez Álvarez y Leticia Galicia Ruiz, regidora única de ese ayuntamiento, acusaron al alcalde por bajarles su salario y ocultar información sobre el presupuesto público así como las acciones a realizar en el municipio; a ello agregue la violencia de género pues les decía que como mujeres “deben estar en la casa».

    Otro caso es el de Xico, donde el regidor Eduardo Pozos ha denunciado en varias ocasiones caso similar al de Tlacotalpan y Ayahualulco, donde simplemente la alcaldesa Gloria Galván Orduña se pasa por el arco del triunfo a los ediles en la toma de decisiones, además de desvío de recursos e incumplimiento de un deber legal… en resumen, en Xico se habla de que la presidenta municipal está trabajando no para su municipio, sino para su hija, Carolina Galván Galván, en aras de convertirla en candidata y alcaldesa de este lugar… pero ésa ya es otra historia que luego hemos de contar.

    El regidor del Ayuntamiento de Teocelo, Luis Valencia López, denunció que al ingresar al Sistema de Consulta de Obras y Acciones Municipales de Veracruz (Comver) del Órgano de Fiscalización Superior, detectó que la obra de rehabilitación de la calle Independencia Poniente contenía irregularidades, tales como información física y financiera al cien por ciento y fotos que no correspondían a ésta. Allá por marzo, el edil denunció ser víctima de una persecución política y atropellos en su contra, tras señalar diversas irregularidades en el ayuntamiento. El regidor fue al Congreso del Estado para presentar su queja, pues en sesiones de Cabildo, le fueron retiradas nueve de diez comisiones que tenía a su cargo… como ocurrió en Tlacotalpan al edil Palacios.

    En Coatepec, se viene hablando de opacidad en la Cuenta Pública desde hace un año… y tal parece que tal opacidad se está percibiendo a estas alturas en la administración de Enrique Fernández Peredo… ¡ojo! hace un año, seis ediles de diez, no le aprobaron sus estados financieros…

    Como sea… es claro que no importa cuántas reformas se hagan, cuántas leyes se crean, cuántos organismos se generen, tal pareciera que a más candados en la lucha contra la corrupción, más “ganzúas” en los servidores públicos para evadirlos y caer bajo el “sospechosismo” de los ediles, ciudadanos y de vez en cuando, de nuestros diputados… aunque hasta el momento, no se perciba que un Orfis, una Contraloría, una Fiscalía o Sistema Estatal Anticorrupción, actúen… mientras, que las acusaciones y señalamientos duerman el sueño de los justos.

     

    smcainito@gmail.com

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