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    Salvador Muñoz

    Los Políticos

    Hace un mes y medio aproximadamente, un regidor se acercó al Congreso local y al Orfis para presentar una serie de presuntas irregularidades cometidas por el presidente municipal de Teocelo, Mario Chama Díaz, en complicidad con su tesorero y otros más, y que desataron otras más en cuanto el edil Luis Valencia López firmó bajo protesta actas de cabildo de tres meses, después de que el alcalde sólo se las turnara para firmarlas sin que hubiera una reunión previa para el estudio o análisis de éstas en aras de realizar las observaciones pertinentes o que no se convocara a Cabildo, lo que dejó de lado cualquier participación precisamente de quienes lo integran.

    La firma bajo protesta motivó que Chama Díaz, en represalia, pidiera la cabeza del auxiliar del regidor, Julián Morales Andrade, bajo el pretexto de que como hubo reducción de Participaciones Federales, era necesario el recorte que bien se tradujo en un “despido injustificado”, pues la ausencia de una liquidación en términos que marca la Ley, no la hubo.

    Lo curioso es que aunque el argumento del despido era la “austeridad”, el regidor al poco tiempo se percató de que el alcalde contrató a más personal.

    Del mismo modo, como no hubo interés por parte del ayuntamiento de Teocelo para pagar las prestaciones que por Ley le correspondían a Julián Morales Andrade, éste interpuso demanda contra las autoridades municipales y aun cuando hubo un intento de conciliación por parte del representante legal del Ayuntamiento con el despedido, ésta no se realizó ante la tozudez de la Síndica Zayra del Carmen Martínez Andrade.

    A principios de 2019, en febrero, el regidor Luis Valencia López recibió un golpe bajo en el bolsillo: por órdenes de Mario Chama, la Tesorería redujo sus percepciones salariales así como sus compensaciones aun cuando ya habían sido aprobadas en la Ley de Ingresos, Presupuesto de Egresos, Planilla de Personal y Tabulador de Sueldos para el ejercicio fiscal 2019 en sesión extraordinaria de Cabildo el 14 de septiembre de 2018.

    Por si eso fuera poco, “se convocó” a una Sesión Extraordinaria de Cabildo el seis de febrero. Se entrecomilla el “se convocó” porque al único que no enteraron de ésta fue al regidor Luis Valencia López y ahí, por mayoría y en ausencia del edil, se aprobó, por propuesta del alcalde Chama Díaz, la modificación de Comisiones Edilicias para el ejercicio fiscal 2019. En pocas palabras, de las 10 Comisiones que tenía el regidor Valencia, ¡sólo le dejaron una!

    La “congeladora” que el alcalde Mario Chama Díaz aplica al regidor Valencia López llega al extremo de que al menos en el primer trimestre de este año, fue convocado a tres sesiones de Cabildo, vía Zimri Abimelech Arellano, secretario del Ayuntamiento. A ciencia cierta, el edil desconoce la cantidad de sesiones de cabildo que se han realizado porque el secretario del Ayuntamiento simplemente se ha negado a entregar las copias simples o certificadas que ha solicitado Valencia López. ¡Ojo! porque hay plan con maña: recuerden que para que se suspenda o revoque el mandato de los ediles, es causa grave la ausencia a las sesiones del Ayuntamiento sin causa justificada por tres veces dentro del periodo de tres meses, de acuerdo al Artículo 125 de la Ley Orgánica del Municipio Libre y pareciera que por ahí va la trampa.

    Pero el secretario del Ayuntamiento no es el único que se pasa por el arco del triunfo las solicitudes del regidor… la Tesorería Municipal mantiene bajo llave los estados financieros de diciembre 2018, enero, febrero y marzo 2019 y por eso no ha pasado copia a Luis Valencia López ¡a pesar de ser miembro de la Comisión de Hacienda y Patrimonio Municipal!

    Así, Tesorero, Secretario del Ayuntamiento, Síndica y Alcalde, han hecho de la vida edilicia de un regidor que sólo pide transparencia en el actuar de las autoridades municipales, un infierno en la tierra del Dios Tigre: Teocelo.

    smcainito@gmail.com

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