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    Salvador Muñoz

    Los Políticos

    Burbujas fue un programa que hizo que mis domingos fueran de aventura… con mi imaginación. Hablo de finales de los 70. Un programa blanco pero con un gran contenido ecológico y moral, tremendo para el chiquiauditorio. Considero que fue uno de los éxitos de Televisa vía su Dirección Infantil, encabezada en ese tiempo por Silvia Roche.

    No recuerdo si fue a principios de los 80 o a sus finales, pero en la televisión apareció un comercial que no sólo tuvo efecto en los niños, sino también en los adultos: “¡Ojo, mucho ojo!”… ¿se acuerdan? Era una campaña contra el abuso infantil.

    La idea de hacer la campaña “Cuídate a ti mismo” (cómo realmente se llamó) surge a partir de un hecho escandaloso en la Ciudad de México y Emilio Azcárraga Milmo pidió a Silvia Roche encargarse de tal, sin que se mencionaran las palabras sexo y abuso. Fue tanto el éxito que en las escuelas todo mundo se llevaba el dedo índice a la vista para citar la frase legendaria: “¡Ojo, mucho ojo!” además de “Y cuéntaselo a quien más confianza le tengas”.

    La Mujer platicó en un video-comentario la idea de combinar este anuncio con un eslogan de otra campaña que se hizo famoso durante el fidelato: “los niños no se tocan”. ¿Cómo? Con una pequeña variante: “¡Ojo, mucho ojo! ¡Las mujeres no se tocan!”

    La idea no me parece mala. Yo le agregaría “Marca al 911”.

    Hemos platicado la Mujer y yo que los feminicidios acompañados de violencia intrafamiliar, en algunos casos, simplemente fueron focos rojos que nadie quiso ver… no los quiso ver la víctima, sus familiares, sus vecinos, sus jefes, sus amigos y por último las autoridades.

    Antes de las autoridades, las otras entidades a veces prefieren mantenerse al margen de “pleitos de pareja”, “tú no te metas”, “no es nuestro problema”, “luego se contentan”, y cantidad de deslindes que pudieran hacer la diferencia con una llamada al 911.

    Quizás soñamos de más la Mujer y yo, e imaginamos que la misma señora agredida, la novia agredida, la hija o hijo de la agredida, la abuela agredida, o la vecina alarmada piden el auxilio de la policía y ésta se presenta al domicilio y sí, las cosas se calman, pero el asunto no debería terminar ahí.

    Pensamos la Mujer y yo que es ahí donde entra (o debería entrar) la participación de otras instancias, como el DIF estatal o municipal, así como los Institutos de las Mujeres y considerar ese hogar como un foco rojo y entonces, hacer visitas al domicilio. Solicitar platicar con la familia, conocer las causas de sus conflictos, si son económicas o de carácter emocional y encauzar a las áreas correspondientes: bolsas de trabajo o ahora que están de moda, acceso a programas asistenciales; o en su defecto, la ayuda de terapeutas o psicólogos…

    La idea, pues, es que la violencia contra la mujer en lo intrafamiliar, se pueda contener con la combinación de partes: sociedad y autoridades, aunque para ello, primero se debe imbuir ese mensaje en nuestros ciudadanos: “¡Ojo, mucho ojo! ¡Las mujeres no se tocan! ¡Marca al 911!”, digo, no tal, pero la idea es que el tema se oiga en todos lados y que incomode en esas casas, en esa pareja, en ese señor, y despierte en ellas y en otros, la necesidad de hablar con alguien y si es con alguna autoridad, mejor, bajo la idea de que ese foco rojo disminuya su cromo.

    Sí, son respetables los foros que se hacen sobre la Violencia contra las Mujeres… pero creo que es tiempo de traspasar esas paredes y de ser posible, invadir con spots en radio, televisión, youtube, facebook y demás redes, que con una llamada se puede hacer la diferencia porque ¡Las mujeres no se tocan!

     

    smcainito@gmail.com

     

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