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    Salvador Muñoz

    Los Políticos

    A mí no me sorprende la respuesta de la secretaria de Energía a un ciudadano con un “¡Vete a la TAPO!” en el aeropuerto de la Ciudad de México cuando éste se dirigiera al Presidente al grito de “¡Texcoco, Texcoco, Texcoco!”.

    Quizás haya quien diga que es eso, una servidora, una funcionaria, que es empleada nuestra, una sierva de la nación que debió responder de otra forma; desde un ángulo, se pudiera tener la razón, pero si nos atenemos a la respuesta simple del “¡Vete a la TAPO!”, es claro que Rocío Nahle está lejos de las supuestas atenciones que debe dar al Pueblo Sabio y más si éste expresa su opinión respecto a un tema que, lo peor, no es de la incumbencia de la señora…

    Por eso, a mí no me sorprende Nahle con su respuesta… está en proporción a su personalidad, a su educación, a su forma de hacer política, a sus dedos de frente, a su forma de entender y ejercer el poder…

    Tan así, que en lugar de ofrecer una disculpa, prefiere pasar como “secretaria de Turismo” y subir a su twitter un comercial de la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente diciendo que la TAPO “conecta a millones de mexicanos principalmente de la CDMX hacia nuestro hermoso sur-sureste. Estas vacaciones #VeteALaTapo y disfruta de las bellezas naturales de México”.

    ¿Usted le cree a Rocío Nahle? Yo tampoco…

    Ahora bien, si no sorprende el comportamiento de Nahle, es comprensible… comprensible porque al parecer, quiso quedar bien con sus acompañantes, siendo específico, con López Obrador y la señora Gutiérrez Müller… ¡vamos! se pudiera hablar de que la presencia de la pareja presidencial la envalentonó bajo la esperanza de recibir una palmada en la cabeza y un “¡Buena chica!”

    Y aunque no se crea, igual, si no sorprende el comportamiento de Nahle, sí causa pena, porque puede dar y ser el mejor pretexto para que, a raíz de la actitud de la secretaria de Energía, se crea que todos los funcionarios, los servidores públicos, los representantes populares de Morena, son igual que ella. Afortunadamente no, pero hablamos de garbanzos de a libra.

    En conclusión: El “¡Vete a la TAPO!” de Nahle debe tomarse en su justa dimensión, al menos que tú esperes algo más de la zacatecana, entonces sí entendería tu indignación o tu sorpresa aunque es posible que entonces yo sea quien te diga “¡Vete a la TAPO!”

     

    smcainito@gmail.com

     

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