Sergio González Levet
Sin tacto
El cambio climático, ése que Donald Trump y las grandes empresas mundiales dicen que no existe, hace notar sus graves efectos cada vez más en nuestro entorno y en nuestra vida cotidiana.
Esa frase de que nunca habíamos visto los excesos del clima que padecemos actualmente, se ha vuelto un lugar común que expresamos muchas veces con una gran inconsciencia, pues la decimos, estamos de acuerdo con ello… y seguimos contaminando como si nada.
Un artículo firmado por 11 mil científicos de 153 nacionalidades diferentes. promovido por William J Ripple y Christopher Wolf de la Universidad Estatal de Oregon y publicado por la revista BioScience, advierte sobre un “sufrimiento humano no revelado” si no tomamos acciones mundiales inmediatas para revertir el daño que le estamos haciendo a la naturaleza.
Las consecuencias nefastas para nuestra especie y el planeta ya se conocen, pues constantemente se habla sobre el tema, pero poco se dice sobre lo que podemos y debemos hacer como seres humanos para revertir esa amenaza que crece exponencialmente en sus efectos.
Obvio, las acciones tienen que ser globales, pero tenemos que impulsarlas particularmente en nuestro entorno y desde nuestras modestas trincheras.
Lo primero es remplazar los combustibles fósiles con energías limpias y renovables.
Sigue en segundo lugar que la industria mundial reduzca las emisiones de metano, humo negro y todos los contaminantes de corta duración.
En tercer lugar, restaurar la naturaleza y proteger los ecosistemas.
La cuarta es más importante de lo que parece: comer más vegetales, menos productos animales y evitar el desperdicio de alimentos.
El quinto elemento es reconvertir la economía basada en el carbono, y darle más importancia a la conservación del planeta que a la obtención de la riqueza económica.
Lo último es reducir la población. Nuestro planeta ya no aguanta tantos seres humanos y si continuamos con los índices de crecimiento terminaremos por ser un mundo inviable.
Hasta ahora la lucha de quienes tienen conciencia ecológica había sido contra los problemas ambientales, ahora tenemos que pelear por la vida misma.
¿Qué hay que hacer? Yo digo que contaminar lo menos posible, en nuestro hogar y nuestra ciudad; consumir la energía de la mejor manera, pensando siempre en la economía ambiental; participar en movimientos ciudadanos en favor de la ecología y opinar en favor de la vida en cualquier foro que se nos presente; exigir a nuestros gobernantes que hagan todo lo que sea necesario para preservar la naturaleza.
Y todo eso, hacerlo ya, ahora, hoy, este año, este día y no mañana, porque puede ser tarde.
Es ahora o nunca. En verdad.
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