Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
A un día de que termine 2019, la violencia y las ejecuciones en el estado de Veracruz no cesan.
Tan sólo este lunes se registraron cuatro hechos: en Papantla encontraron a un joven ejecutado, el cuerpo tenía huellas de tortura y el tiro de gracia; un día antes, en ese mismo municipio hallaron a su primo, también asesinado.
En Martínez de la Torre un hombre fue baleado por sujetos que se transportaban en una motocicleta; la víctima, originaria de Misantla recibió un tiro en la cabeza y murió en el hospital.
En Coatzacoalcos, en los terrenos de la Expo Feria, en la zona conocida como coheteros un vendedor de pirotecnia fue baleado.
En Xalapa un delincuente asaltó un Oxxo en la avenida Araucarias, en la zona de Las Ánimas.
Estos hechos son muestra de la inseguridad que prevalece en todo el territorio veracruzano: en el norte, centro y sur.
También demuestran la falta de una estrategia de prevención y coordinación entre los tres niveles de gobierno.
Por eso, es un insulto, una ofensa, una falta de respeto a los veracruzanos decir que este año se cierra con números positivos.
Pese a lo que se diga y por lo que se observa con estos crímenes, las autoridades no siguen «puntualmente» el «decálogo» del Ejecutivo federal en ese rubro, es decir, el de «atender la demanda de seguridad todos los días».
enriquepompeyo@hotmail.com
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