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    Froylán Ramírez Lara

    Debemos empezar por asimilar, que se hace necesario el debate a fondo y sin concesiones como característica principal en todas las democracias representativas, principalmente para defender el patrimonio común de los ciudadanos en la vertiente política:  o sea, las instituciones republicanas, comenzando por el sistema de partidos políticos; un sistema que hace posible el derecho a elegir, este derecho y también el de contener y equilibrar el poder, han sido ponderados por el teórico moderno de la democracia: el italiano  Norberto Bobbio, quien afirma “La legitimidad o legitimación del poder se basa en la división y separación de poderes a fin de limitar y regular el ejercicio de ese poder”. Y en ese sistema de pesos y contrapesos el papel de los partidos políticos es fundamental, sumándole ahora la figura de candidatos independientes.

    En este contexto, damos la bienvenida a aquellas organizaciones políticas locales o nacionales que hayan cumplido o estén por cumplir cabalmente con los requisitos que la ley establece para ser aceptados como partidos políticos.

    En el mes de septiembre habrá de instalarse el Consejo General del Instituto Nacional Electoral y en el mes de noviembre el Consejo General del Ople-Veracruz; con ello se dará inicio al proceso electoral federal y local 2020-2021 en el que habremos de elegir, en el caso de Veracruz, diputados federales, diputados locales y, ediles en los 212 municipios, el primer domingo de junio del año que viene.

    En febrero de 2014 se efectuó la reforma constitucional en materia electoral que con la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y la Ley General de Partidos Políticos se establecieron las bases  para que atendamos los procesos electorales; la adecuación  de la constitución local y el código electoral del estado, que se hicieran oportunamente, complementan el basamento jurídico para que un organismo electoral como el OPLE-Veracruz atienda cumplidamente, desde hace casi cinco años, las actividades electorales, contribuyendo con ello a la gobernabilidad de Veracruz.

    Por razones múltiples, a los partidos políticos nacionales y locales se les ha calificado en críticas situaciones imaginables con respecto a su valor social; de ahí, que los partidos políticos nos encontremos atrapados en una lucha permanente por ganar credibilidad; de nuestra conducta y aplicación de principios político- electorales, dependerá en gran medida la simpatía de los ciudadanos a nuestro favor.

    Moverse en el filo de la navaja del electorado a costa de afectar o tratar de impedir que la obligación del estado para con la población en pobreza extrema, se cumpla a cabalidad, no solo es inmoral, si no que devela, que partidos políticos y dirigentes actúen para sus propios intereses sin tomar en cuenta la lacerante realidad que en algunos casos, ellos mismos ayudan a construir.

    Nos quedan muchos retos por atender y superar.

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