Destacado

    Lorena Piñón Rivera*

    Consummatum est

    En contextos políticos, se entiende por polarizar a una diferenciación social que conduce a la controversia o una intensificación de las discrepancias de opinión. A menudo, ambos fenómenos están vinculados, pero tienen dos facetas completamente distintas, pues se puede profundizar desde un debate con argumentos intercalados de manera respetuosa hasta episodios de violencia verbal o el extremo de la agresión física.
    Hay interpretaciones positivas acerca de que la polarización política tiene una utilidad porque ayuda a esclarecer las diferencias en el debate de los asuntos públicos, es decir, a hacerlas más fáciles de entender. Desgraciadamente el intercambio sereno de réplicas parece no ser lo más frecuente en la etapa de la autodenominada Cuarta Transformación, porque existe una delgada línea para que las tensiones políticas se conviertan en afanes destructivos.
    Thomas Carothers en su libro «Democracias divididas: El desafío global de la política», afirma que la polarización refleja una sociedad en la que hay dos campos muy motivados y muy comprometidos, pero que a menudo son bastante extremos. Como resultado, muchas personas del centro se sienten políticamente sin hogar. No te sientes conectado con ninguno de los lados del conflicto.
    Estas personas a menudo quieren más consenso y un objetivo común más grande dentro de la sociedad y menos luchas sobre las diversas visiones. De hecho, la polarización política puede aumentar el compromiso de aquellos activistas que están fuertemente conectados con un lado o con el otro, pero puede disminuir la confianza y el compromiso de un gran grupo de personas que se sienten excluidas.
    Las protestas que estamos presenciando en todo el mundo se basan en tres factores diferentes. Primero, enfado por la corrupción sistémica. En segundo lugar, enojo por la creciente desigualdad y un sentido de injusticia. Y tercero, la frustración con los excesos políticos o, en algunos casos, cuando los presidentes ejercen su poder más allá de los límites legales y atacan cualquier posición política ajena a su visión unipersonal, ¿a usted le suena familiar especialmente esto último?
    Es cierto, la polarización política está creciendo en todo el mundo y las democracias están bajo presión, por eso ha surgido un bloque de partidos políticos en México que aliados con expresiones liberales de la sociedad civil organizada, han decidido constituir una gran alianza electoral en donde comparten responsabilidades partidos que durante muchos años fueron antagónicos, pero que hoy se unen ante la exigencia ciudadana de revertir la reinstauración del autoritarismo que quiere mantener en su puño a los tres poderes de la unión. Está en juego el futuro de la democracia.
    Consummatum: Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano presentaron 10 soluciones por México: 1. Una economía inclusiva con oportunidades para todas y todos; 2. Justicia social, apoyando a la población en pobreza y vulnerabilidad; 3. Rescatar del olvido a las trabajadoras y trabajadores del campo; 4. Desterrar la corrupción; 5. Recuperar nuestra seguridad; 6. Proteger la salud de todas y todos; 7. Una educación de calidad para nuestras niñas, niños y jóvenes; 8. Seguridad e igualdad sustantiva para las mujeres; 9. Protección y aprovechamiento responsable del medio ambiente. 10. Restituir la democracia. Por eso, aquí el antídoto, ¡va por México! Tw: @lorenaígnon_
    * Secretaria Nacional de Gestión Social del PRI

    Hacer Comentario