Vicente Luna Hernandez
Las encuestas hablan de la fuerza política del Presidente de la Republica, la aceptación a tres años de su gobierno no deja lugar a dudas, está en el ánimo de una mayoría de ciudadanos que no analizan datos pero escuchan lo que quieren oír: la 4T es cercana a los más pobres y en México ya no hay corrupción en el gobierno federal y en las y los mandatarios de MORENA y una mayoría le cree.
El Titular del Poder Ejecutivo ha mantenido un discurso político desde las trincheras de la oposición y como Jefe de Gobierno del DF y hoy de Presidente, lo repite de manera permanente y eso le ha permitido estar en el centro del debate público se esté de acuerdo o no con su forma de gobernar, sin embargo, los datos y resultados son motivo de discusión entre sus seguidores y la oposición pero esto no ha afectado su popularidad y lo convence para seguir aplicando las políticas públicas que consoliden la 4 Transformación que será su legado para esta y las futuras generaciones
AMLO en sus recorridos por el país ha recogido el sentimiento de la gente, ha visitado lugares donde pocos políticos han llegado, interpreta de la mejor manera el clamor de las mayorías, ejemplo de ello es su lema “ Primero los pobres” y voltear a ver el Sur-Sureste del país, región por muchos años abandonada y hoy es centro del debate nacional, la autoridad moral que le da no haber sido exhibido como un servidor público que se ha enriquecido al amparo del poder público le permite señalar, exhibir y condenar a esa elite política que de muchas maneras ha saqueado los recursos públicos y que hoy están agazapados o colaboran de manera indirecta con el partido en el poder.
¿Acaso AMLO es el único político honesto en este país? Me niego aceptarlo, sin embargo, son pocos los que se atreven a refutar con datos precisos sus discursos alabando sus acciones de gobierno, siempre una oposición combativa, contestataria, organizada y por los cauces legales es saludable para las democracias, sin embargo, el principal frente opositor muestra diferencias en sus discursos y en sus votaciones en el Congreso de la Unión y eso tal vez desanima a sus propios simpatizantes.
El Presidente se siente fuerte, convencido de las debilidades de la oposición que enfrenta a su gobierno, sabe decir lo que las y los ciudadanos quieren escuchar y le creen, sin embargo, llegará el momento que ante la falta de resultados en la seguridad pública, resultados concretos que se sientan en los bolsillos y diferencias al interior de su movimiento, se necesitará más que discursos y su carisma para consolidar la transformación que se anhela por todas y todos.
El Presidente –ante una oposición sin aspirantes fuertes- presume de logros y de un discurso triunfalista que se pasea en el territorio nacional desde temprana hora y parece que no le inquietan sus principales opositores: un periodista, un payaso y de manera sutil un funcionario electoral que juegan sin partidos y sin ninguna base social que los impulse.
Hoy el Presidente está feliz de su poder de convocatoria demostrado una vez más, hoy el Presidente saborea el dulce sabor de la victoria pero las y los mexicanos queremos sentir y disfrutar también, ese México que existe en sus discursos…ese es el reto de la 4T.
P.D.- Con el ánimo de ver por las calles recolectando firmas a quienes están en contra de AMLO no solo a MORENA…Escribiré otro día.