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    Lobato_Campos

    El deceso de José Luis Lobato marca una ley natural en nosotros: saca a flote las virtudes del difunto pero también los defectos de quienes le sobreviven. Mal vieron, por un lado, el protagonismo de Dante Delgado Rannauro en el velorio, cual si él fuera el deudo. Rodeado de un séquito, fue receptor de pésames y atenciones, y él se dejó querer. Y mal se vio que se impidiera que don José Luis tuviera al lado a su esposa Olga Yolanda Burguette García, quien tuvo que ser velada en otro lado… La muerte saca a flote las virtudes del hombre y los defectos de sus deudos.

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