Pablo Jair Ortega
Columna sin nombre
La autopista México-Tuxpan ha impulsado de manera importante el turismo en la zona norte de Veracruz, acercando las playas veracruzanas a dos horas para habitantes del Distrito Federal.
Dicha región es poco conocida hasta entre los propios veracruzanos, quienes no saben de las majestuosas playas y destinos turísticos como El Tajín. O de Costa Esmeralda y Casitas, que son todo un despliegue de divina hermosura.
Hay pueblos como Lechuguillas, en Vega de Alatorre, que son todo un paraíso, más cuando tiene frente a usted una exquisita cazuela de mariscos.
Veracruz, sencillamente, está teniendo una prueba de fuego en la zona norte.
No obstante, se ha detectado que los mejores hoteles, ubicados en Poza Rica, no quieren ceder para bajar los costos estratosféricos no accesibles para el turismo nacional (algunas habitaciones de 3 mil a 4 mil pesos). Luego entonces, no se han integrado de lleno a la promoción turística de la región.
Y es que mientras algunos empresarios de esa petrolera ciudad piden que se promueva el turismo en la zona norte, es difícil que –por ejemplo– se lleven a 100 turistas a conocer Papantla, Gutiérrez Zamora, Tihuatlán, y mantengan sus paquetes familiares con precios muy altos.
Por eso algunos hoteleros hablan como les va en la feria, pues no ceden y se quedan esperando a que los clientes caigan solos. Más ahora que los proyectos petroleros en la región no se han consolidado.
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