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    Pepe Mancha

    Álvaro Belin Andrade

    Hora Libre

    Las alertas en el PRI han saltado ante la posibilidad de que en 2016 vayan juntos, con candidato único a la gubernatura de Veracruz, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
    Las posibilidades de que esta coalición se concrete se ven muy distantes, porque en la entidad no tenemos ni a un PAN ni a un PRD genuinos, sino con graves distorsiones y enormes cúmulos de intereses encontrados que hacen sumamente sinuoso el sendero hacia un histórico acuerdo que les permitiría acceder por primera vez al mando de un estado que tendría 87 años en poder del PRI.
    La posibilidad de que un candidato único del PAN y el PRD pudiera instaurar en Veracruz una alternancia democrática que ya lleva 27 años de historia desde que el PAN le arrebató por primera vez una gubernatura al PRI (Baja California), es sumamente real, y por eso en los próximos días veremos duras escaramuzas para abortar esa coalición, pese a que tiene cimientos sumamente endebles.
    Acaso la expresión del gobernador Javier Duarte de Ochoa este lunes, en su conferencia de prensa, al señalar que Miguel Ángel Yunes Linares (a todas luces el que podría llevar al triunfo a la oposición) padece del “síndrome del perro chihuahueño”, tenga que ver más con una disputa verbal para bajarle puntos políticos que en aclarar la acusación del neopanista sobre los supuestos tratos del gobierno estatal con la empresa brasileña Odebrecht. Una expresión, por cierto, que le resta a Duarte cualquier atisbo para considerar la suya una actuación de estadista.

    La revolución democrática de Fidel

    ¿Por qué es dudoso que se dé esta coalición? De ambos lados de la moneda hay razones poderosas para impedirla.
    Si vemos del lado del sol azteca, es innegable que, tras sus arranques discursivos críticos de las últimas semanas, en el PRD subsisten acuerdos profundos, financieros y políticos, con el gobierno de Javier Duarte de Ochoa que, en comicios anteriores (tanto locales como federales), han hecho posible candidaturas blandas, postulación de candidatos fidelistas, expulsión de militantes contestatarios por la vía de su anulación política, negación de coaliciones y apoyos subterráneos a las acciones emprendidas por el PRI.
    No debería ser un secreto que la propia dirigencia estatal del PRD ha sido impuesta por Fidel Herrera Beltrán desde que era gobernador, y aún ahora, cuando el cuenqueño sigue siendo el que, mediante sórdidos y corruptos acuerdos, maneja los entretelones de un partido que ha ido perdiendo fuelle.
    En la práctica, esta caída del PRD se ha visto recompensada con una disminución alarmante en su cosecha de votos, la salida de valiosos militantes como el del exdiputado federal por Xalapa Uriel Flores Aguayo, y el crecimiento en el ámbito comicial del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que le arrebató este año la joya de la corona, Xalapa, y obtuvo en su primera incursión como partido político nacional una mayor cantidad de votos y de posiciones.

    Yunes Linares, la roca en el zapato

    Por el lado blanquiazul, se da como un hecho que será el diputado Miguel Ángel Yunes Linares quien obtenga la candidatura, ante la debilidad de oponentes como Juan Bueno Torio y el adocenamiento de otros panistas que no terminan por cuajar en términos de su proyección política en el ámbito estatal.
    Que el expriista Yunes Linares tenga casi comprometida su segunda candidatura panista al Gobierno de Veracruz no quiere decir, sin embargo, que las cosas le vayan a salir de rechupete en su actual partido.
    Para llegar a esa certeza ha debido imprimir un sesgo autoritario a su predominio, con la imposición de su gente en puestos de elección popular (hoy él y dos de sus hijos disfrutan de las mieles del poder en el Congreso de la Unión y en la alcaldía de Boca del Río), el desplazamiento en ocasiones violento de sus contrincantes, una dura descalificación de quienes se han opuesto a sus designios, la manipulación de las elecciones internas para dominar los órganos internos de dirección y una anulación evidente de las demás corrientes internas del panismo veracruzano.
    Si esto ha hecho dentro del PAN, una posible alianza con el PRD significaría para este remedo de izquierda la pérdida total de credibilidad a cambio de un triunfo de membrete que no le representaría grandes cuotas de poder en un futuro gabinete coaligado. Considerando la ambición económica de los dirigentes rojos del perredismo, es claro que tienen mayores ganancias con la Fidelidad que con el panismo.

    Las pláticas con el PRD, avanzan: Pepe Mancha

    Para el dirigente estatal del PAN, José Mancha, el diálogo con el PRD para una posible alianza ya tiene su tiempo y, en este caso, operan dos razones para que se pueda dar: la enorme necesidad de la alternancia en el poder en Veracruz y la convicción de dar, como decía Porfirio Muñoz Ledo, una tregua ideológica que la haga posible.
    En un encuentro con el joven dirigente panista de apenas 36 años, sostenida este lunes con el grupo de los diez, el optimismo lo desbordaba. Sabe que el acuerdo del XIV Congreso Nacional del PRD celebrado este domingo es afrontar los comicios locales del 2016 en alianzas “casuísticas” con el PAN, analizando cada estado, pero no le queda duda de que uno de ellos será Veracruz.
    En efecto, el PRD contempla alianzas con el PAN según determinadas condiciones y para propósitos políticos específicos, pero uno de los más fuertes contendientes para dirigir el maltrecho partido de izquierda, Fernando Belaunzarán, ha señalado que, pese a no congeniar con las alianzas con la derecha, estaría dispuesto si ello significa tirar al grupo de Fidel Herrera y Javier Duarte en Veracruz.
    Y no solo eso. Según Pepe Mancha una alianza de este tipo sería rentable para todos y, aunque con cierta reserva, dejó entrever que los perredistas se plantean con seriedad esa posibilidad siempre que el candidato sea Miguel Ángel Yunes Linares.
    Para lograr la alternancia operan, según él, factores positivos: uno de ellos es el 20 por ciento de diferencia entre el porcentaje de participación logrado este año en los comicios federales intermedios y el que se logró en los comicios locales de 2013 para alcaldes y diputados locales. El otro es que, incluso en los comicios de este año, el PAN y el PRD lograron un número de votos similar al del PRI con sus aliados (alrededor de los 900 mil), lo que permitiría, junto con el hartazgo de los veracruzanos por el mal gobierno priista, la diferencia para obtener un triunfo importante e histórico.

    Candidatos independientes, ¿no harán la diferencia?

    Mientras Pepe Mancha considera que los dos más fuertes aspirantes a una candidatura independiente (Gerardo Buganza y Miguel Moreno Brizuela) no van a funcionar, el primero porque ya se llevó del PAN lo más que pudo llevarse y el segundo porque la opción ciudadana podría dividirse entre el PRD y Morena, este último señaló este lunes en Coatzacoalcos que la alianza PAN-PRD está destinada al fracaso.
    El excolaborador cercano de Marcelo Ebrard en el gobierno del DF calificó esa posible alianza como una mezcla imposible. “Me pueden caer bien los panistas pero tienen una ideología distinta, no puedes mezclar el agua y el aceite. Creo que esa alianza está destinada al fracaso”.
    Desde el punto de vista de quien esto escribe, muy difícilmente se logrará esta alianza. Pero usted, lector, haga su apuesta.

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