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    Lluvia
    Claudia Constantino

    Crónicas Urgentes

    La comunidad de El Jagüey en el municipio de Chicontepec está hoy de fiesta: después de 37 años, La Casa del Niño Indígena, esa donde viven casi 50 niños y donde todos los muebles estaban ya muy viejos, se volvió a construir, y funcionarios de primer nivel, nunca antes vistos en esta zona, vendrán para inaugurarla.
    Nueve kilómetros de terracería desde la carretera que va a Tantoyuca transcurren entre plantaciones de naranja, de todos los tipos existentes; y hay muchas filas de árboles de toronja y otras tantas de limón, hasta que se llega a El Jagúey.
    A los lados del camino, se ven hombres y mujeres que andan con garrafas, leña, niños de la mano y uno que otro animal. Las camionetas que sirven de transporte rural levantan el polvo al pasar a toda prisa, casi vacíos.
    En la cancha de básquetbol y volibol de la casa que no se ha estrenado, han acomodado la sillería frente a un gran templete; y sobre estos, una gran lona negra resguardará del sol a los muchos invitados y a las personalidades que asistan al evento.
    Además de entregar la casa, las autoridades encabezadas por la directora nacional de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) Nuvia Mayorga Delgado, aspirante a ser la candidata a la gubernatura de Hidalgo, muy cercana al Secretario de Gobierno, Miguel Ángel Osorio Chong, anunciarán la asignación de 12 millones de pesos para impulsar 146 proyectos productivos en beneficio de 999 productores de cuatro municipios de la Huasteca: Álamo, Ixhuatlán, Benito Juárez y Chicontepec.
    Algunos de los productores beneficiados, han traído una muestra de sus productos, y así Isabel Lucía Hernández Hérnandez cuenta su historia de éxito como miembro de un taller de bordado donde 10 mujeres más, confeccionan blusas, camisas, fajillas, bolsas y manteles con bordados de punto de cruz, impecablemente hechos.
    “En la primera etapa de nuestro proyecto, nos autorizaron en el 2010, recursos con los que construimos nuestro taller y compramos maquinas de coser, ahora nos han vuelto a apoyar y vamos a ampliarlo y a reparar todo lo que ya se nos había descompuesto de tanto uso”, recuerda Isabel.
    “Todas somos mujeres casadas, con hijos y nuestro taller nos ha permitido darles estudio y muchas veces, sacar adelante a la familia, porque los esposos. muchos días no tienen trabajo y si no fuera por el nuestro, la familia no tendría ni para comer”, explica esta indígena Nahuatl.
    Como ellas, muchas mujeres más han tenido acceso a mejores oportunidades de vida a través del programa PROIN (programa de mejoramiento a la producción y productividad indígenas). La delegada en Veracruz de CDI, Iraís Maritza Morales precisa que tradicionalmente los proyectos productivos que los indígenas de Veracruz, presentaban ante la comisión para ser apoyados eran invariablemente: la engorda de cerdos y posterior comercialización de estos animales; actualmente hay gran diversidad de actividades productivas que están apuntalando las costumbres y vocación cultural de las etnias veracruzanas.
    “Ha sido preocupación de la CDI, desde mi llegada, recorrer todo el territorio en busca de proyectos productivos alternativos que preserven las costumbres y tradiciones de las etnias, zona por zona”, asegura Iraís Maritza Morales.
    El representante del gobernador, el delegado de la SEDESOL y los 12 alcaldes de la región que acudieron a entregar certificados a los productores y la nueva casa del niño indígena, para 19 niños de primaria, 16 de secundaria y 11 de prepa, fueron borrados por un momento (ya nadie los veía) cuando Lluvia, una niña de cinco años tomó el micrófono y con toda seguridad dijo a los muchos presentes: “gracias por esta casa que quedó tan bonita. Aquí soy muy feliz, me cuidan, me dan de comer, me mandan a la escuela y ya no tengo que caminar dos horas desde mi casa para ir a mis clases. En mi familia, pueden comer mejor, porque a mí, me dan aquí. Cuando sea grande seré maestra como la maestra Nuvia. Gracias Maestra Nuvia.”

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