Ricardo Vázquez Salazar
Esfera Política
Habían transcurrido casi tres años de que Mario Villanueva Madrid gobernaba Quintana Roo, cuando en Chetumal ocurrió el atropellamiento de un ciudadano estadounidense. El cónsul norteamericano en Mérida, David Van Valkenburg, tomó con seriedad la aclaración del hecho porque percibió que no se hizo justicia y que se protegió al culpable con el influyentismo del aparato gubernamental estatal.
Valkenburg indignado, tuvo el valor de encarar al gobernador quintanarroense para reclamarle sobre lo sucedido, mas nunca esperó que Mario Villanueva reaccionara de manera tan violenta al asestarle una bofetada al cónsul norteamericano quien huyó despavorido a su país, para quejarse en primer lugar nada menos que con el poderoso diario The New York Times, a quienes dijo que además de haber sido amenazado de muerte, Valkenburg entregó un interesante expediente que contenía filtraciones sobre actividades ligadas al narcotráfico, lavado de dinero y vínculos con la delincuencia organizada. Con esa información el influyente rotativo neoyorkino dio inicio al vals del cadalso.
A la lista de fechorías de Mario Villanueva -bastante larga-, se sumaron los reportes de mala conducta en el código priísta, a quien también le tocó como presidente de la república, a Ernesto Zedillo, que nunca lo vio con buenos ojos y a quien Villanueva pretendió crearle una alianza de gobernadores para jugarle contras.
Aunado a todo esto, bastó una llamada del gobierno norteamericano al de México, para que terminara el periodo de corrupción, complicidad con la delincuencia organizada, arbitrariedades, traiciones y rebeldía por parte de Villanueva Madrid.
Mario Villanueva dejó el cargo antes de que concluyera su periodo de gobernador, igual que Javier Duarte.
De las frases favoritas de Villanueva que a diario repetía: “Déjense de chingaderas, en mi estado mando yo”; “Tranquilidad viene de tranca”.
Villanueva Madrid está a escasos ocho días de ser deportado a México, después de que la Corte de Manhattan lo sentenció sobre acusaciones de conspirar para lavar millones de dólares, para permanecer encarcelado en Estados Unidos y en nuestro país durante 12 años. Regresa a México para supuestamente cumplir una condena de 28 años, aunque hay quienes aseguran que Mario Villanueva permanecerá en prisión únicamente de uno a tres años más.
La rebeldía de gobernadores y exgobernadores en nuestro país han resultado contraproducentes para los mismos, por los gruesos expedientes de antecedentes que acumulan durante su gestión.
El exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, quien fue también presidente nacional del PRI, está empecinado en buscar una diputación local en las elecciones de este año. El presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza dijo tajante al referirse a las pretensiones del exgobernador coahuilense: “Moreira no iría por el PRI”.
La reacción de Humberto Moreira fue bravucona: “El presidente del PRI nacional no es nadie para negarme la candidatura”.
El curso que tomará este caso podrá resultar bastante interesante de continuar Moreira insistiendo en posicionarse en su estado, para desde ahí manipular todos los hilos de la política que le sea posible.
El expediente que pesa sobre Moreira es demasiado voluminoso. Como se recordará, en enero de 2015 Moreira Valdés fue detenido por la policía española a su llegada al aeropuerto de Madrid bajo cargos de blanqueo de dinero y malversación de fondos durante su etapa como gobernador de Coahuila.
Otro exgobernador, que igual está terco en continuar influyendo en el ambiente político de su estado, a pesar de haberle causado demasiado daño a la población, comenzando por habernos dejado un gobernador como Javier Duarte que destrozó a la entidad, es Fidel Herrera Beltrán.
Fidel está metido de lleno en el proceso electoral para las alcaldías. Está ocupado en seleccionar y palomear los “mejores candidatos”; los que ofrecen mayores posibilidades de triunfo, según él; lo mismo por el partido tricolor que por el Verde.
Lo que pretende Herrera Beltrán es consolidar el mayor número de municipios a su favor, con miras a la contienda por la gubernatura en el 2018, en la que habrá de proponer a uno de sus consanguíneos, o un incondicional.
En los pasillos políticos del Altiplano se prevé que lo que va a ocasionar Fidel, es que en virtud de que el PRI jamás le aceptaría una propuesta para candidato a gobernador -por razones obvias-, al no tener otra alternativa, lanzaría a su candidato por el partido Verde, lo que le va a causar demasiado daño a su partido que le ha dado todo, el Revolucionario Institucional; porque además de tratar de golpear al candidato de la posible repetición de la alianza PAN-PRD, se encargaría de apalear al candidato priísta, con la finalidad de alcanzar su objetivo, nada bueno como ya lo ha demostrado.
De igual forma que la terquedad de Humberto Moreira de seguir influyendo en su estado, resultará muy interesante el curso de los acontecimientos de la impertinencia de Fidel Herrera.
rvazquez002@yahoo.com.mx
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