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    Jorge Arturo Rodríguez
    Tierra de Babel

    Dicen por ahí que la esperanza nunca muere o muere al último. O como la película de James Bond, “El mañana nunca muere”… Vaya, vivir en la prolongación de la esperanza, de la espera. ¿Acaso nos queda otra cosa?
    Fue François de la Rochefoucauld quien dijo que la esperanza y el temor son inseparables y no hay temor sin esperanza, ni esperanza sin temor. Y tal parece que así estamos en estos tiempos: entre la esperanza y el temor.
    Traigo a cuento lo anterior, porque al enterarme de una nota periodística, la verdad es que sentí un tanto de esperanza e inmediatamente me dio temor, pero luego pasé a la serenidad y paciencia que Kalimán le pedía a Solín, y me dije a mí mismo en mis adentros: pos a esperar. 
    La nota fue de mi Gober Javier Duarte de Ochoa: “Vienen muy buenos tiempos para Veracruz en los que se consolidarán los proyectos y programas iniciados por esta administración en favor de los veracruzanos”.
    Y agregó estar satisfecho por los resultados de la reunión con el Presidente Electo y subrayó su certeza de que bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, iniciará una nueva etapa de prosperidad para la nación a partir del 1º de diciembre: “y estoy cierto de que a nuestro estado le va a ir muy bien”. Chido… No hay de otra, a seguir esperando esperanzados…
    El caricaturista Nicanor lo ilustró muy bien en un medio impreso, donde aparece mi gober Javier Duarte de Ochoa al lado del Presidente Electo de México, Enrique Peña Nieto, y ambos dicen al veracruzano, en medio de una bola de cristal: “¡Vienen muy buenos tiempos para Veracruz”. Y el veracruzano expresa: “¡Ojalá! ¡Eso esperamos!”
    Porque como han dicho por ahí, si a México le va bien, seguro -¿obvio?-que a Veracruz le irá bien, y chance hasta mejor… Ojalá.
    Y repito, no hay de otra, mantener la esperanza siempre, hasta lo último. Ya lo dijo Aristóteles, la esperanza es el sueño del hombre despierto. Y debemos estar despiertos. Dar el beneficio de la duda. Tiempo al tiempo. Pero por favor, no nos dejen con la esperanza vacía siempre. Lo dijo el escritor francés André Giroux: “El infierno es esperar sin esperanza…”.
    Pero prefiero quedarme con la siguiente espera: Si te vienen ganas de trabajar, siéntate, y espera a que se te pasen. Está mejor, ¿no?

    Los días y los temas 
    Hay que reconocerlo: luego de unos días de convalecencia, mi diputado Jorge Carvallo Delfín nuevamente despacha en su oficina de la calle Encanto esquina Lázaro Cárdenas, con más y nuevos bríos. Estuvo en la sesión extraordinaria donde integraron a la nueva Mesa Directiva que funcionará durante el último año legislativo; luego inauguró un curso de Campañas Electorales y marketing. Al día siguiente, se reunió con el Director Ejecutivo del Instituto Universitario de Investigaciones Ortega y Gasset México, Antonio Meza Estrada, a fin de evaluar los avances del primer módulo de la maestría en Alta Dirección de Gobierno y Políticas Públicas impartido por este Instituto.
    Incansable el tipo. Hiperactivo político. Y tiene razón, la capacitación y profesionalización de los servidores públicos “permite tener a funcionarios públicos con las herramientas necesarias, con un alto grado de conocimientos que se ve reflejado en sus actividades diarias a favor de la ciudadanía”. Chido.
    Por lo pronto, ahí se ven.

    Hasta la próxima
    jarl63@yahoo.com.mx

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