Roberto Morales Ayala
Pecaríamos de candidez si creemos que la remoción de Leticia Perlasca de la Secretaría de Turismo se debió a un acto anti corrupción del gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Peor aún, llegar a pensar que Harry Grappa fue designado para limpiar esa dependencia de la podredumbre que la carcome.
En el estilo seudo-próspero de gobernar ninguna de las remociones han respondido a los reclamos de la sociedad ante las pruebas de corrupción, sino a una burda tramoya para solapar las corruptelas de los amigos.
Harry Grappa fue designado nuevo secretario de Turismo, Cultura y Cinematografía de Veracruz, el 2 de octubre. Desde ese día, no hay momento en que no le broten denuncias, señalamientos, cuestionamientos y advertencias de que lejos de corregir las fallas de su antecesora, vienen tiempos de horror para el sector turístico.
Junto con él, fue designado José Guillermo Herrera como subsecretario de Turismo, en una especie de premio de consolación, tras haber sido titular de Comunicaciones y hasta hace algunos meses, coordinador del Programa de Gobierno.
Cuando el gobernador Javier Duarte de Ochoa, les dio posesión y les tomó la protesta de ley, pronunció palabras que en los hechos suenan a utopía. Les dijo, por ejemplo, que “desempeñarán sus cargos con toda responsabilidad y profesionalismo para consolidar la vocación turística que caracteriza a nuestra entidad, y que significa una de las grandes apuestas del estado para detonar el desarrollo en todas las regiones”.
Les dijo también que estos movimientos en el gabinete de gobierno “tienen el interés de generar las condiciones para que todos los veracruzanos puedan acceder a niveles similares de desarrollo social, humano y económico, porque ése es el gran reto y meta de todo gobierno y en ello estamos empeñados todos los días”.
Suena bonito. Lo cañón está en que se cumplan los buenos deseos del gobernador Duarte. Lo inmensamente rudo está en que por su naturaleza, Harry Grappa quiera transitar por el camino de la ley, su conducta apegada a la ética y a la moral.
De por sí, la Secretaría de Turismo, en manos de Leticia Perlasca, se convirtió en la dependencia piloto de la corrupción. O quizá, dicho con cierta crudeza, la dependencia en que aparecieran más huellas por el desaseo con que se actuó.
El periodista Armando Ortiz, autor de la columna Viernes Contemporáneo, venía documentando las raterías de Leticia Perlasca, protegida hasta hace poco por la ex lideresa del PRI nacional, Beatriz Paredes Rangel. Expuso en sus textos operaciones bancarias, contratos con proveedores y un llamado al gobernador Javier Duarte, en que le enteraba de las amenazas recibidas por su incesante crítica.
En la carta a Javier Duarte, fechada en marzo pasado, decía que Perlasca gestionó “contratos a las empresas Kinemania y La Fábrica TV, empresas que pertenecen o pertenecieron a Mónica Camarena, empleada de la dirección de Cinematografía y al mismo tiempo del COBAEV y con la que además mantiene lazos afectivos“.
“En una última reunión con los restauranteros la señora Perlasca exhortó a estos para que del Fideicomiso del 2% al hospedaje se paguen facturas millonarias a estas empresas que ya han recibido otros pagos millonarios”.
Armando Ortiz refirió que existían lazos afectivos entre Leticia Perlasca y Mónica Camarena:
“Estado de cuenta HSBC. Tarjeta de Crédito. Número de cuenta del titular Mónica Camarena Crespo: 5221 7400 0060 0273; número de cuenta tarjeta adicional Leticia Perlasca Núñez: 5221 7400 0062 1790. Dirección: Av. Manuel Ávila Camacho # 23 Zona centro 91000 Xalapa, Ver. Fecha límite de pago 06 de agosto de 2012.
“Este documento es prueba suficiente para demostrar que Leticia Perlasca Núñez y Mónica Camarena mantienen una relación comercial; eso lo corroboré con funcionarios bancarios. Si fuéramos más inquisitivos nos podríamos dar cuenta en los pagos realizados con esta tarjeta de crédito (pago de $1262. 00 por el SKY TV DC VT y $1232. 00 SKY ENTERTAINMENT) y podríamos incluso aducir que su relación es, además de afectiva, casera, si es que quisiéramos utilizar este eufemismo”.
Por esa, y por muchas otras trastadas, Leticia Perlasca se fué. Pero el remedio amenaza con ser peor que la enfermedad. Harry Grappa goza de mala fama. Es un comerciante nato que gusta hacer negocio con el gobierno de Veracruz, sin cuidar las formas, sin pudor y con gran descaro. Su desprecio a las clases bajas es pública. Y es que se sabe protegido por su amigo, el gobernador Javier Duarte.
El 27 de febrero, aquí, en ZONA FRANCA, abordamos esa condición altiva de Harry Grappa. Este es el texto:
“El asunto es tema de alta prioridad. Harry Grappa es un personaje allegadísimo al gobernador Javier Duarte. Fue su asesor y secretario particular en la Secretaría de Finanzas y era, en voz del periodista César Vázquez Chagoya, un ‘conseguidor de todo’.
“Lo que hace y dice Harry Grappa refleja cómo piensa —y sobre todo, qué mal piensa— la camarilla del gobernador Duarte. De ahí la gravedad de lo expresado por el subsecretario de Turismo, que en los hechos es el verdadero titular de esa área del gobierno de Veracruz.
“Categorizar a un sector amplísimo de mexicanos que visitan Veracruz como ‘turismo de jícama y horchata’, es un agravio. La desproporción de sus palabras lo describen tal cual y vale la pena recordarlas: ‘El turismo de ‘jícama y horchata’ es bienvenido; todos tenemos el derecho de esparcimiento; todos los mexicanos tienen este derecho en la manera de sus posibilidades’.
“Es obvio el desdén del subsecretario duartista por las clases de abajo; las que viajan con limitaciones; las que carecen de recursos para hospedarse en un hotel de cinco estrellas; las que no pueden acudir a un restaurante de lujo o a un antro de primer nivel”.
Harry Grappa es, ciertamente, un caso de cuidado. Cuando era secretario particular el gobernador Javier Duarte, se vio envuelto en un enredo fenomenal. En julio de 2011, fue removido porque provocó, indirectamente, una rechifla para su jefe.
Duarte era esperado en el Teatro del Estado para un concierto de la Orquesta de las Américas. Andaba retrasado. Pidió que continuaran con el programa y que él les caía. Pese a ello, Harry Grappa “decidió” que el concierto no comenzara hasta que el gobernador se hiciera presente. Cuando llegó, tuvo que aguantar rechiflas, mentadas y burletas.
Días después, Harry Grappa fue removido de la secretaría particular, pero se le movió a la Subsecretaría de Turismo, donde hizo negocios a placer.
Y ese es el punto que ahora más dolores de cabeza comienza a darle. Desde el momento que se le designó para sustituir a Leticia Perlasca, le ha llovido de todo por su voracidad para exprimir al gobierno.
Periódicos como el NOTIVER y algunos columnistas fuera de la órbita oficial, han documentado las triquiñuelas de Harry Grappa. Una de sus empresas es Representaciones Internacionales, S.A. de C.V., con la cual se trataban todas los arrendamientos en el World Trade Center.
También es proveedor de computadoras para el gobierno de Veracruz, aunque en los tiempos del sexenio de la fidelidad era el “conseguidor de todo”, como definió el periodista César Vázquez Chagoya, o el “proveedor de carnes”, como lo tilda el columnista Manuel Rosete.
Con esos antecedentes, difícilmente la Secretaría de Turismo de Veracruz se quitará el estigma de la corrupción. Es más, con Harry Grappa será peor.
El cambio no es otra cosa que la misma gata nomás que revolcada.
(romoaya@gmail.com)(@moralesrobert)
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