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    • La educación, tema soslayado 

    Marco Antonio Aguirre Rodríguez 
    Místicos y Terrenales 

    Guillermo Héctor Zúñiga Martínez lanzó el grito: ¡Viva la UPAV!.
    Y fue coreado por algo así como un millar de gargantas.
    Era el festejo por el primer aniversario de la fundación de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.
    Los directores de las preparatorias y de las licenciaturas que estaban ahí esperaban la presencia del gobernador Javier Duarte de Ochoa, el máximo místico del estado, como una muestra de apoyo a la institución, pero en su lugar llegó Guillermo Herrera Mendoza, amigo del rector de la UPAV, su tocayo Guillermo Héctor Zúñiga Martínez, pero sin puesto en el gobierno del estado.
    Los integrantes de la UPAV, los que estaban abajo del presidio, se dijeron entre sí: “vez, te dije que no iba a venir”.
    “No, no nos quiere”.
    Era el sentimiento de los terrenales hacia quien debía estar en la sintonía de la reconciliación que promueve Enrique Peña Nieto, sobre todo porque la elección presidencial en Veracruz la ganó el PAN.
    Aunque en este caso no hacía falta la reconciliación, si no tan solo la presencia, para incentivar a muchos integrantes de la UPAV que trabajan más que nada por el amor a la camiseta.
    Tal vez, pero solo tal vez, ésta falta de sintonía es lo que ha provocado que el gran místico de Veracruz este fuera de la visión de los otros grandes místicos que rodean a quien será el máximo místico del país…
    Vaya, pues, que por eso es que no lo toman en cuenta Luis Videgaray y sus selectos y “se les olvida” invitar al Gobernador de Veracruz.
    Regresando al tema de la Universidad Popular, la ausencia del gobernador fue más que notoria porque la misma le ha servido al gobierno del estado para darle curso a una demanda de educación superior creciente y a contener gastos en este rubro, porque el esquema diseñado por el maestro Guillermo Zúñiga es poco costoso.
    A la UPAV el año pasado le otorgaron un presupuesto de 28 millones de pesos, el cual es bajísimo para cualquier instancia, sobre todo de tipo educativo, pero de esos 28 millones a principios del 2012 todavía le debían 15 millones de pesos.
    Para este año el presupuesto asignado son 33 millones de pesos, igualmente una cantidad muy baja, pero los rumores (salidos de la misma Sefiplan) apuntan que ya se le deben casi 10 millones de pesos a la UPAV de su presupuesto de este 2013.
    Entonces el gobierno del estado tiene una actitud contraria al impulso a la educación, porque el retener recursos (o incluso no entregarlos) de una instancia que llega a tantos miles, no se puede interpretar de otra forma.
    Pero además esto tiene un costo político, porque tanto los alumnos (o aprendientes como se les denomina en las definiciones de la UPAV) como maestros (o asesores solidarios) son ciudadanos pensantes que se dan cuenta de las condiciones más que precarias en que deben actuar y en las que se encuentran, precisamente, por falta de recursos económicos.
    Y por lo mismo también sintieron el desaire del Gobernador Javier Duarte y las otras autoridades.
    Por que al evento tampoco llegó el Secretario de Educación de Veracruz, Adolfo Mota Hernández, quien al parecer prefirió quedarse en su casa a festejar el triunfo de la selección mexicana de futbol que asistir al evento.
    El esquema impulsado por Guillermo Zúñiga se basa en dos vertientes fundamentales:
    El trabajo solidario de los asesores.
    Las ganas de aprender.
    Para este segundo punto hay que retomar lo que dijo el mismo rector de la UPAV durante el festejo, el único requisito que se pide para quienes quieran ingresar a la Universidad Popular (lógico después de cubrir los requerimientos académicos, sobre todo) es el tener ganas de querer cambiar sus condiciones de vida.
    La UPAV está diseñada para atender a personas que trabajan y que están dispuestas a realizar sus actividades académicas en horas de descanso o de atención de la familia, y por lo mismo a realizar un esfuerzo extra.
    En ese sentido va la propuesta educativa hecha por Guillermo Zúñiga de “la nueva pedagogía”, la cual busca «tener un contacto estrecho con los grupos marginados de la educación formal, pues todos son capaces de aprender con base en la autorresponsabilidad y el autodidactismo creativo y crítico».
    Esto mismo es lo que lleva a que la UPAV pueda aperturar bachilleratos y licenciaturas donde exista la demanda y en este sentido Guillermo Zúñiga presumió incluso que la Universidad ha logrado ya presencia en 10 estados y hasta en los Estados Unidos.
    Vaya, el esquema de la UPAV es tan útil para efectos de la estadística educativa, que Veracruz ahora es el estado que mayor cobertura tiene en educación no escolarizada, por encima de otras entidades donde se aplican modelos parecidos al de la Universidad Popular.
    Y eso a base de puro esfuerzo de Guillermo Zúñiga, ¿qué resultados podría haber si le cumplieran la entrega del presupuesto a tiempo?.
    Vaya, mejor todavía, ¿cuál sería el alcance si los recursos efectivos para la UPAV fueran tan solo de un 50 más de lo presupuestado para este año?.
    Lo más seguro es que muchos terrenales de Veracruz estarían en mejores condiciones educativas.

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